La muerte el 27 de febrero de 2015 de Boris Nemtsov, que había sido viceministro ruso y se convirtió en enemigo declarado de Vladimir Putin, es el asesinato político más grave desde la llegada del presidente ruso al poder en el años 2000.
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Cinco chechenos del norte del Cáucaso están siendo juzgados por haberlo asesinado por encargo, aunque los autores intelectuales no han sido juzgados.
Cerca de 15 mil personas, rodeadas de altas medidas de seguridad, enarbolaban pancartas contra el Kremlin y contra la política rusa en Ucrania.
"Hemos venido a rendir homenaje a la honestidad y a la valentía de Boris Nemtsov," dijo a la AFP Galina Zolina, una jubilada que llevaba un ramo de claveles rojos.
"Queremos demostrar a las autoridades que no lo hemos olvidado".
Nemtsov, de 55 años, que estuvo en el Kremlin durante la época de Borís Yeltsin antes de convertirse en acérrimo enemigo de Putin, recibió cuatro disparos por la espalda cuando pasaba con su novia por un puente cercano al Kremlin.
La familia y los allegados de Nemtsov insisten en que los autores intelectuales del crimen siguen en libertad y apuntan a personas cercanas a Ramzan Kadyrov, el hombre fuerte del Kremlin en Chechenia.
La manifestación del domingo fue autorizada por las autoridades que sin embargo han prohibido hasta ahora un altar improvisado en el lugar donde murió.