Las mesas electorales se abrieron para recibir el sufragio de 12,8 millones de electores que designarán al nuevo mandatario para el período 2017-2021.
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El titular del Consejo Nacional Electoral (CNE), Juan Pablo Pozo, dio por inaugurados los comicios, descartando la posibilidad de un fraude denunciado por sectores de oposición.
"Demos un ejemplo al mundo y sigamos por la vía democrática impulsando procesos electorales que sean verdaderos procesos pacificadores".
Marcadas por la delicada situación económica y una campaña electoral inusualmente insípida ensombrecida con acusaciones de corrupción, estas elecciones generales son, según los sondeos, las más reñidas y con mayor número de indecisos de los últimos años en el país andino.
"Lo que está en juego son dos visiones de la sociedad, dos visiones del desarrollo, dos visiones de Estado", ha dicho en varias ocasiones Correa, el carismático y polémico economista que desde 2007 lidera el período más estable de la historia reciente ecuatoriana.
Su ausencia y la golpeada economía tras el fin de la bonanza petrolera, que le sirvió para modernizar el país y elevar sus índices de desarrollo, abren grandes interrogantes en estos comicios, en los que los ecuatorianos escogen también a 137 diputados y cinco representantes al Parlamento Andino para 2017-2021.
Además, en una consulta popular simultánea, deberán responder "Sí" o "No" a una iniciativa del gobernante saliente para prohibir a los políticos tener capitales en paraísos fiscales, so pena de ser destituidos si están desempeñando cargos públicos.
¿Podrá el desgastado correísmo ganar en la primera vuelta, como en las dos últimas presidenciales? ¿Habrá segunda vuelta el 2 abril? ¿Podrá mantener su movimiento, Alianza País, la mayoría en legislativa?
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Para ganar en el primer turno, se necesita un 40% de los sufragios válidos y 10 puntos de ventaja sobre el segundo.
Dos modelos opuestos
Los ecuatorianos votarán muy condicionados por el deterioro de la dolarizada economía, producto según el Gobierno de factores externos como la debacle petrolera, la devaluación de monedas vecinas, el fortalecimiento del dólar o los costes del terremoto del pasado abril.
La oposición, en cambio, ve una posibilidad de atizar el descontento de las clases medias y bajas, que hablan de derroche y mala gestión.
Lenín Moreno, el exvicepresidente cuyo estilo conciliador contrasta con el temperamental Correa, representa el continuismo de un sistema que combina un disparado gasto social con altos impuestos y elevado endeudamiento.
El exbanquero Guillermo Lasso y la exdiputada Cynthia Viteri, situados políticamente en la derecha conservadora, prometen fomentar la inversión extranjera y bajar los impuestos para estimular el consumo y la producción.
También se presenta a las elecciones el socialdemócrata exalcalde de Quito Paco Moncayo.
"Llegue quien llegue a la Presidencia, se convertirá el sepulturero del Socialismo del siglo XXI (como suele denominarse el Gobierno de Correa), porque ya no es viable con esta realidad económica. Tendrá que hacer ajustes de una manera u otra", explica a la AFP el economista Alberto Acosta-Burneo, consultor del Grupo Spurrier.
En un barrio popular de Quito, el estudiante Franco Sandoval explicó que votará "por el cambio". "Las personas que están en el poder permanecieron por mucho tiempo (…) En algún momento se descarrilaron", dijo a la AFP.
¿Nuevo golpe a la izquierda?
Esta elección, cuyos resultados oficiales se esperan a partir de las de 20H00 (01H00 GMT del lunes), también supone un nuevo test para la izquierda latinoamericana, tras el giro en Argentina, Brasil y Perú.
Aunque es la cuarta prioridad de los votantes, la corrupción, que está salpicando a políticos de la región, se fue instalando poco a poco como tema en la campaña.
Son casos como el de la petrolera estatal Petroecuador, que implicó a un exministro de Correa, y el de los supuestos sobornos de la firma brasileña Odebrecht a funcionarios ecuatorianos, por unos 33,5 millones de dólares.
Los electores dirán si son "distorsiones" de la campaña, como afirma Correa.
"Este domingo apostaré por elegir a alguien que rinda cuentas", declaró Christian Coronel, ingeniero y profesor en una universidad de Quito.