Irán afronta esta semana duras condiciones climáticas, con tormentas de arena, nevadas e inundaciones que perturban el día a día de millones de habitantes en el norte y el sur del país, informan los medios locales.
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Un hombre de 40 años, que quería sacarse un selfi se vio arrastrado por una riada y otro murió en inundaciones en la provincia de Bushehr.
También han fallecido varias personas debido a avalanchas en el norte del país en las últimas semanas, según los medios.
En la mitad de las 31 provincias del país, las escuelas están cerradas a causa de la nieve en el norte y de las inundaciones y las tormentas de arena en el sur.
La nieve alcanzó una altura de uno o dos metros en algunas lugares del norte del país, dejando cientos de pueblos aislados en varias provincias como el Kurdistán (noroeste), Azerbaiyán Oriental o Guilán (norte).
En el sur, fuertes lluvias provocaron inundaciones en las provincias de Fars, Kermán, Hormozgán y Sistán-Baluchistán.
La televisión difunde imágenes de la crecida de varios ríos, de embalses a punto de desbordar y de automovilistas bloqueados en las carreteras.
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En el suroeste del país, las ciudades de Ahvaz, Abadán y Jorramchar cerraron sus escuelas por culpa de las fuertes tormentas de arena que azotan la zona.
Según las autoridades locales, la cantidad de arena en el aire, procedente de zonas desérticas de Irak y Arabia Saudí, supera 18 veces las normas.
Y una fuerte humedad ha provocado cortes de luz y de agua potable.
Unos 50 diputados han escrito al presidente, Hasan Rohani, para pedirle medidas de ayuda para las zonas siniestradas.