A pedido de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, el Consejo de Seguridad de la ONU llevó a cabo este lunes una reunión urgente para discutir acerca de la nueva prueba de misil de Corea del Norte, interpretada como un desafío al presidente Donald Trump.
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El líder norcoreano, Kim Jong-Un, "manifestó gran satisfacción por la posesión de otra poderoso medio de ataque nuclear que se suma al tremendo poderío del país", informó la agencia estatal KCNA.
"El líderazgo de Corea del Norte debe regresar al pleno cumplimiento de sus obligaciones internacionales y al camino hacia la desnuclearización", reaccionó el Secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un comunicado. "La comunidad internacional debe seguir manejando esta situación de manera unida", añadió.
China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, se sumaron a las condenas internacionales contra este nueva prueba.
Conforme a las resoluciones de la ONU, Corea del Norte no puede utilizar tecnología de misiles balísticos.
Sin embargo, seis paquetes sucesivos de sanciones impuestas por la ONU desde un primer ensayo nuclear norcoreano en 2006 no han logrado disuadir a Pyongyang de seguir adelante con su programa.
"Espero que el Consejo de Seguridad se ponga de acuerdo para dar una respuesta fuerte y clara", dijo el embajador de Japón en Naciones Unidas, Koro Bessho, antes de la reunión.
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El misil fue disparado desde una base aérea en la provincia occidental norcoreana de Pyongan del Norte y se dirigió hacia el este, antes de caer en el Mar de Japón, indicó el ministerio de Defensa surcoreano.
El misil recorrió unos 500 kilómetros antes de caer al mar. Fue el primer ensayo de ese tipo desde octubre pasado. En 2016, Corea del Norte llevó a cabo dos ensayos nucleares y lanzó una veintena de misiles.