Jerry Brown, gobernador de California, decretó un estado de emergencia para desplegar recursos a la zona afectada y el Pentágono dijo estar preparado para enviar tropas militares en caso que sea necesario.
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El peligro, por ahora, parece haber cedido, aunque la orden de evacuación se mantiene, mientras las autoridades evalúan la solidez de los desagües de la represa de Oroville, la más alta del país y ubicada a 120 km al norte de San Francisco.
El nivel del embalse, que se había colmado tras varias semanas de fuertes precipitaciones, ha bajado su nivel, informaron las autoridades.
El riesgo no proviene de la propia represa, terminada en 1968 y sobre la que el departamento de Recursos Acuáticos de California dijo que no estaba en peligro de colapsar, sino del desagüe de emergencia que canaliza el exceso de agua.
Un enorme agujero se abrió en el desagüe principal de la represa la semana pasada, lo que el sábado obligó a las autoridades a activar por primera vez el desagüe de emergencia.
Pero el mismo empezó a erosionarse, amenazando con romperse y desviar el agua hacia las ciudades del valle aguas abajo, informaron medios estadounidenses.
Las autoridades liberaban 2.830 metros cúbicos de agua por segundo a través del desagüe principal, reduciendo el nivel del embalse el domingo, informó el diario Sacramento Bee, que cita al portavoz del departamento de Recursos Acuáticos, Doug Carlson.
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Imágenes aéreas de la TV local KCRA mostraron el agua escapándose del desagüe auxiliar y metiéndose en una reserva secundaria, también llena, antes de dirigirse hacia el río Feather que atraviesa Oroville.
"Ahora que no hay más agua escapándose del desagüe auxiliar, aunque esto estabilice la situación, quedan muchas incógnitas", dijo el sheriff del condado de Butte, Kory Honea, durante una conferencia de prensa el domingo.
"No estamos aún en condiciones de tomar decisiones para saber si es seguro autorizar el regreso de la población a la zona", añadió.