Entre gritos de "¡Viva la República Catalana!" y "¡Fuera la justicia española!", miles de independentistas catalanes apoyaron este lunes al expresidente Artur Mas, juzgado por organizar en 2014 una consulta sobre la independencia de esta región española, prohibida por la justicia.
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En un ambiente agitado, con centenares de banderas independentistas ondeando frente al Palacio de Justicia de Barcelona, Mas se definió como "el máximo responsable" de esa votación prohibida judicialmente pero defendió su legitimidad e incluso su legalidad.
"No fue un capricho individual (…) fue la consecuencia de amplios acuerdos y mandatos explícitos y reiterados del parlamento de Cataluña", dijo en su declaración ante el juez, en la que sólo respondió a su abogado.
Presidente de esta rica región entre 2010 y 2016, Mas está acusado de desobediencia grave y prevaricación por esta votación sin efectos jurídicos del 9 de noviembre de 2014 que había sido suspendida por el Tribunal Constitucional.
La fiscalía reclama para él diez años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. La ex vicepresidenta Joana Ortega e Irene Rigau, encargada del departamento de Educación, también juzgadas, se arriesgan a pasar nueve años alejadas de la función pública.