En medio de profundas divisiones, los dirigentes de la Unión Africana (UA), reunidos este lunes en Adís Abeba para una cumbre, deben analizar la petición de Marruecos para volver a integrar el bloque.
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La cumbre número 28 del grupo podría ser determinante para el futuro UA, así como para su cohesión.
El tema marroquí, la Corte Penal Internacional (CPI) o las tradicionales rivalidades entre bloques regionales hacen que el continente aborde la cita en orden disperso.
Esto en un contexto internacional cambiante tras la investidura de Donald Trump en Estados Unidos y, en menor medida, la llegada al frente de la ONU de Antonio Guterres, que pronunciará el lunes el discurso de apertura.
El domingo, Guterres saludó la generosidad de Etiopía que, enfrentada a la peor sequía de los últimos 50 años, continuó acogiendo a refugiados de los países vecinos.
Es "un ejemplo que, diría, debería hacer reflexionar en un mundo en donde desgraciadamente tantas fronteras se cierran", declaró, en alusión al decreto antiinmigración del presidente estadounidense Donald Trump que afecta a siete países de mayoría musulmana, entre ellos tres africanos.
