El candidato de la derecha francesa, François Fillon, uno de los favoritos en la carrera presidencial, contraatacó este domingo respecto a las acusaciones de supuestos empleos ficticios de su mujer, pidiendo en un multitudinario mitin: "¡dejen a mi mujer fuera del debate político!".
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"Si quieren atacarme, que me ataquen a la cara, pero que dejen a mi mujer fuera de este debate político (…) Delante de ustedes, amigos, quiero decir a Penélope que la quiero y que no perdonaré jamás a los que quisieron echarnos a los lobos".
Penélope Fillon, que siempre se describió como ama de casa, es sospechosa de haber recibido 500 mil euros en sueldos como "asistenta parlamentaria" de su marido, y después por sustituirlo. También llevó a cabo un supuesto trabajo en una revista literaria, propiedad de un amigo de su marido.
La justicia francesa abrió el miércoles una investigación por "desvío de fondos públicos".
Fillon calificó las revelaciones del semanario satírico Le Canard Enchaine de "complot" y reiteró que el trabajo de su mujer era real.
"Están intentando derrumbarme, a través de Penélope", dijo a la multitud, que lo interrumpía sin cesar con gritos de "¡Fillon, presidente!".
A este caso de supuestos empleos ficticios, este domingo se sumó un nuevo escándalo contra el candidato conservador, revelado por medios franceses, según los cuales desvió dinero procedente de fondos públicos cuando era senador, entre 2005 y 2007.
Según la página web de información Mediapart, el ex primer ministro se quedó con "una parte de los créditos reservados en teoría a la remuneración de los asistentes, gracias a un sistema de comisiones ocultas".
Un sondeo de la empresa especializada Odoxa publicado el viernes reveló que tras este escándalo apenas el 38 % de los franceses tiene ahora una opinión positiva de Fillon, cuatro puntos menos que a principios de mes.