Han transcurrido más de 24 horas sin que los equipos de rescate registren nuevas señales de vida bajo los escombros del hotel devastado el miércoles por una avalancha.
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Sin embargo, el domingo decenas de socorristas proseguían la búsqueda en el centro de Italia en condiciones extremas.
"Estamos agotados, no hemos dormido desde hace tres días, pero seguimos siendo positivos, devolveremos a la gente a sus casas". -Alessandro Massa, socorrista
Un total de nueve sobrevivientes, entre ellos cuatro niños, fueron rescatados entre el viernes y el sábado por la mañana de entre los escombros del hotel Rigopiano, en la región de las Abruzos, un edificio de tres plantas que había quedado enteramente sepultado por un violento el miércoles.
Los socorristas encontraron asimismo cinco cuerpos sin vida, incluidos los padres de uno de los niños rescatados, y seguían buscando a 23 desaparecidos.
Según testigos citados por los medios de prensa italianos, tres niños de entre 7 y 9 años se encontraron aislados en la sala de billar, que no se derrumbó.
Atrapados a oscuras pero con posibilidad de hablar con la madre y el hermano de uno de ellos que estaban en una sala contigua, tuvieron la suerte de encontrar unas botellas de agua y una crema de chocolate que les permitieron esperar casi 48 horas a los equipos de rescate.
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El sábado, los bomberos afirmaron haber oído ruidos procedentes de los escombros, pero podría tratarse de pequeños crujidos o derrumbes de la estructura del edificio sepultada bajo toneladas de nieve.
Las operaciones de rescate proseguían a pesar del frío y del fuerte riesgo de una nueva avalancha, que obligaba a los socorristas a llevar un aparato emisor de tipo Arva para poder encontrarlos rápidamente en caso de tragedia.