[gallery link="file" ids="733503,733504,733505"]
PUBLICIDAD
El sospechoso detenido por los servicios de seguridad turcos confesó ser el autor de la matanza de Año Nuevo en una discoteca de Estambul, anunció este martes el gobernador de la ciudad confirmando que el hombre tiene nacionalidad uzbeka.
"El terrorista admitió el crimen", declaró el gobernador, Vasip Sahin, a la prensa, afirmando que se trata de un uzbeko que "fue entrenado en Afganistán".
La policía anunció que detuvo el lunes al presunto autor de la matanza de 39 personas, diciendo que es un uzbeko afiliado al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Según la agencia progubernamental Anadolu, el detenido es Abdulgadir Masharipov. La agencia de prensa Dogan precisó que en el grupo extremista EI usaba el alias de Ebu Muhammed Horasani.
Dogan publicó una foto del sospechoso, sostenido por el cuello por las fuerzas del orden, con heridas en el rostro y rastros de sangre.
El yihadista fue encontrado con su hijo de cuatro años en un apartamento del barrio de Esenyurt de Estambul durante un operativo policial, según TRT.
PUBLICIDAD
Estuvo prófugo 17 días y según habían adelantado algunas versiones no salió de Estambul.
Las autoridades habían reforzado los controles fronterizos para evitar que el autor del ataque, reivindicado por el grupo EI, se escapase.
El 8 de enero pasado, los servicios de inteligencia había divulgado su nombre, precisando que tenía 34 años, era oriundo de Uzbekistán y que formaba parte de una célula del EI en Asia Central.
– Cinco detenidos –
La captura del extremista fue resultado de una redada lanzada conjuntamente por la policía y los servicios secretos turcos MIT, que desplegaron unos 1.000 efectivos.
La policía lo tenía ubicado desde hace tres días, pero prefirió mantenerlo bajo discreta vigilancia para observar sus contactos y movimientos.
Según TRT, el sospechoso se había alojado en un apartamento arrendado por un individuo oriundo de Kirguistán, que también fue detenido.
Según Anadolu, cinco personas en total fueron capturadas en la redada, entre ellas tres mujeres.
La masacre en la discoteca Reina marcó de forma sangrienta el inicio de año en Turquía, un país sacudido en 2016 por una ola de atentados atribuidos al EI y a rebeldes kurdos.
El ataque ocurrió a la 01H25 del 1 de enero cuando el yihadista armado con un fusil de asalto entró la discoteca situada a orillas del Bósforo y disparó entre 120 y 180 veces, utilizando cargadores dobles para optimizar el tiempo de recarga y apuntando siempre al torso de las víctimas.
El yihadista llegó delante de la discoteca Reina, situada a orillas del Bósforo, y mató a dos personas en la entrada, antes de irrumpir en el local y cometer la masacre.
– Estado de emergencia –
Las autoridades estiman que el atacante había recibido un entrenamiento avanzado para usar armas, según medios turcos.
Los investigadores creen que utilizó granadas cegadoras para desorientar a sus víctimas, mientras se aseguraba de que les apuntaba a la parte superior del cuerpo para aumentar el número de muertos.
Entre las víctimas hubo 27 extranjeros, de Líbano, Arabia Saudí, Israel, Irak y Marruecos, que participaban en los festejos del nuevo año.
El estado de emergencia instaurado tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio fue prolongado poco después por tres meses más por el gobierno del presidente del país, Recep Tayyip Erdogan.
El atentado fue perpetrado mientras el ejército turco intentaba tomar la ciudad de Al Bab, un bastión del grupo EI en el norte de Siria, donde Ankara había lanzado una ofensiva contra los yihadistas y las milicias kurdas.
En su comunicado de reivindicación, el grupo EI acusó a Turquía, un país de mayoría musulmana, de haberse aliado con los cristianos, probablemente en alusión a la participación turca en la coalición internacional antiyihadista, liderada por Washington.