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El Parlamento Europeo escogerá el martes a su próximo presidente, una elección clave para las instituciones comunitarias en la que los euroescépticos podrían tener la llave ante la división reinante en la tradicional "gran coalición" de fuerzas europeístas.
"El tiempo de la gran coalición terminó", aseguró en un debate entre los siete candidatos el aspirante socialdemócrata Gianni Pittella, en referencia al tradicional pacto entre su grupo y el Partido Popular Europeo (PPE, derecha), y en menor medida los liberales, para repartirse los puestos clave.
El sucesor del socialdemócrata alemán Martin Schulz presidirá el Parlamento en la segunda parte de una legislatura marcada por las negociaciones de divorcio entre la UE y Reino Unido. De cumplirse los plazos estimados, los eurodiputados tendrán la última palabra en 2019 sobre un eventual acuerdo con los británicos.
El conservador Antonio Tajani (PPE), exportavoz del exmandatario italiano Silvio Berlusconi, se perfila como favorito, al ser el candidato del grupo más numeroso, si bien la actual elección con voto secreto es la primera realmente reñida desde 1979, cuando se escogió por primera vez a los diputados por sufragio universal.
El PPE considera que le corresponde presidir la cámara, tras cinco años de Schulz, y denuncia la "traición" de sus socios por romper un pacto de 2014 que estipulaba el apoyo entonces de la derecha a la continuidad del alemán, a cambio del voto de los socialistas al candidato conservador en la segunda parte de legislatura.
"Todos los que no cumplen este acuerdo son responsables de la influencia creciente de los populistas en esta casa", dijo el martes Manfred Weber, líder del PPE, mientras que los socialdemócratas buscan evitar el monopolio conservador en las tres altas instituciones de la UE: Comisión, Consejo y Parlamento.
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– La llave, en poder de los euroescépticos –
La referencia al populismo no es baladí. Además del inicio de las negociaciones del Brexit, 2017 vendrá marcado por elecciones en países fundadores del proyecto europeo como Holanda, Francia y Alemania, donde las formaciones antieuropeas y ultraderechistas están en auge.
Y, en la elección del presidente de la Eurocámara, los propios grupos euroescépticos podrían previsiblemente ser los encargados de decantar la balanza entre el candidato conservador y socialdemócrata, aunque durante el proceso puede haber cambios y renuncias.
Para ganar, un candidato debe obtener la mayoría absoluta en alguna de las tres primeras rondas de votaciones. En la cuarta, en la que sólo se presentan los dos aspirantes con más votos en la ronda anterior, se necesita únicamente obtener más sufragios que su rival.
Frente a la división entre socialdemócratas y PPE, el influyente diputado liberal Guy Verhofstadt, quien también firmó el pacto de 2014, se presenta a la elección como una tercera vía, si bien el intento de incorporar a su grupo a los diputados del Movimiento Cinco Estrellas mermó sus posibilidades.
Verhofstadt, a quien el Parlamento nombró su representante en las negociaciones del Brexit, buscaba con este movimiento "debilitar" el grupo parlamentario liderado por el antieuropeo británico Nigel Farage, aunque no obtuvo el respaldo de sus compañeros liberales.
Los 751 eurodiputados decidirán el martes su próximo presidente entre, por el momento, tres italianos, dos belgas, un rumano y una británica. El resultado podría prolongar la batalla en el seno de la "gran coalición" al Consejo Europeo, que representa a los 28.
Según fuentes parlamentarias, un fracaso de la candidatura de Pittella daría fuerza a los socialdemócratas para reclamar la presidencia del Consejo en junio, cuando el mandato del conservador Donald Tusk (PPE) llega a su fin.