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La ira contra Trump se da cita en Washington

Cientos de miles de estadounidenses participarán el próximo viernes en la ceremonia de investidura de Donald Trump, pero otros miles se darán cita en Washington durante la semana para expresar la frustración por su victoria.

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En todo el país están convocadas marchas de protesta, pero el epicentro de las manifestaciones anti-Trump estará sin duda en la capital, donde inclusive un grupo anunció su intención de interrumpir la ceremonia prevista frente al Capitolio.

La marcha más importante está prevista para el día siguiente a la investidura, en la Marcha de Mujeres en Washington, que tiene el apoyo de celebridades de primer nivel como las cantantes Katy Perry o Cher y las actrices Julianne Moore y Scarlett Johansson.

Esta marcha comenzó con un simple mensaje en Facebook de Teresa Shook, una abuela y abogada jubilada de Hawái, a unas 40 amigas. La idea se expandió rápidamente y fue formalmente adoptada por Pantsuit Nation, un grupo de Facebook que apoya a Hillary Clinton (el nombre es una referencia al clásico traje de pantalón que ella usa) y que movilizó a sus cuatro millones de seguidoras en todo el país.

Hasta el momento, unas 190.000 personas ya confirmaron presencia el sábado a la mañana en la protesta y otras 250.000 expresaron interés en participar.

En una nota oficial, las organizadoras de la manifestación dijeron esperar que "los líderes electos de este país actúen para proteger los derechos de las mujeres, de sus familias y sus comunidades".

Aunque es imposible prever la cantidad de participantes en la Marcha de las Mujeres (en especial por las bajas temperaturas previstas para la jornada), al menos 1.200 autobuses solicitaron formalmente permiso para circular y estacionar en la zona próxima de la protesta.

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En comparación, para la ceremonia de investidura ese permiso fue solicitado por apenas algunas centenas de autobuses.

La organización del evento ha evitado cuidadosamente utilizar la expresión 'anti-Trump' para referirse a la manifestación, pero el mensaje no podía ser más claro.

Para la protesta, se proponen aglutinar "personas de todos los géneros, edades, razas, culturas, filiación política u origen" para defender en forma conjunta los derechos de los inmigrantes y el acceso al aborto, ideas que la campaña de Trump condena frontalmente.

Decenas de entidades progresistas ya anunciaron su apoyo a la marcha y se espera una fuerte presencia de los grupos representativos de las comunidades negras.

– Gorros con orejas –

Al mismo tiempo, en otra protesta de marcado carácter de género, mujeres protagonizarán una singular con gorros rosados.

El 'proyecto Pussyhat' se propone hacer que voluntarias utilicen técnicas de croché o ganchillo para tejer pequeños gorros rosados con orejas de gato.

Se trata de un singular juego de palabras que hace sesgada referencia a gatos y también a los genitales femeninos, y pretende llamar la atención sobre un escándalo que envolvió a Trump durante la campaña electoral.

En plena campaña se divulgaron grabaciones, obtenidas en 2005 sin su consentimiento, en que Trump se jactaba de tocar los genitales de las mujeres que encontraba aprovechándose de la impunidad que le garantizaba su condición de celebridad.

Conseguir la aprobación para esta singular protesta no ha sido tan fácil y las autoridades limitaron el número de permisos.

Las autoridades locales prevén desplazar unos 28.000 agentes para garantizar la seguridad en Washington cuando Trump jure como presidente en la escalinata del Capitolio.

La Marcha de las Mujeres debe arrancar frente al edificio del Congreso y pretende recorrer los dos kilómetros del National Mall, el ancho paseo que conecta el Capitolio a la Casa Blanca.

Una de las responsables de la marcha, Linda Sarsour, dijo que para la protesta hay previsión de espacios especiales para mujeres embarazadas, de edad avanzada o que sufran limitaciones en sus movimientos.

Más allá de la enorme Marcha de las Mujeres, están previstas más de 300 "protestas hermanas" en las principales ciudades del país e incluso fuera de Estados Unidos.

En paralelo, colectivos de artistas han formulado un llamado a una "huelga de arte", para que los museos cierren sus puertas el 20 de enero como forma de "combatir la normalización del 'trumpismo"".

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