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Las conversaciones de paz auspiciadas por la ONU para lograr un acuerdo de reunificación de Chipre, tras 42 años de división, topaban este viernes con disensiones sobre el futuro del ejército turco en la isla.
"Hemos abierto una vía que suscita esperanzas" con vistas a un acuerdo, dijo este viernes el presidente chipriota, Nicos Anastasiadis, a los periodistas.
Desde hace cuatro días está llevando a cabo intensas negociaciones en Ginebra con el dirigente turcochipriota Mustafá Akinci y con ministros griegos, turcos y del Reino Unido, en calidad de antigua potencia colonial.
Sin embargo, la presencia de 30.000 soldados turcos desplegados desde 1974 en el norte de la isla mediterránea sigue siendo uno de los principales puntos de discordia.
"Nuestra posición sigue siendo (…) la retirada del ejército turco", declaró Anastasiadis.
Aún así, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan descartó una retirada total de esas tropas: "De ninguna manera habrá retirada total de los soldados turcos. Es algo que ya fue debatido anteriormente".
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La isla, que cuenta con un millón de habitantes, está dividida desde 1974, cuando el ejército turco invadió el norte, en reacción a un golpe de Estado de chipriotas griegos que pretendían unir Chipre a Grecia, algo que generaba gran inquietud entre la minoría turcochipriota.
Desde entonces, la República de Chipre, admitida en la Unión Europea en 2004, ejerce su autoridad sólo en la parte sur, donde viven los chipriotas griegos.
Los chipriotas turcos viven en el norte, donde ejerce su soberanía una República Turca de Chipre del Norte, reconocida solamente por Turquía.
– Fin de la "ocupación" –
Grecia se sumó este viernes a la posición del presidente Anastasiadis al asegurar que no puede haber una solución a cuatro décadas de división de Chipre mientras persista la "ocupación" de las tropas turcas en la isla.
"Una solución justa significa, antes que nada, eliminar lo que la causa, en particular, la ocupación y presencia de fuerzas [turcas]", afirmó el ministro de Exteriores griego, Nikos Kotzias, citado en un comunicado de su ministerio.
En cambio, Turquía y el líder turcochipriota, Mustafá Akinci, consideran que la presencia militar turca en la isla es esencial para garantizar la seguridad de los turcochipriotas ante la perspectiva de un Estado reunificado.
En este contexto, el enviado especial de la ONU, Espen Barth Eide, indicó que las negociaciones sobre seguridad apenas comienzan, y que el tema es "sensible" para ambas partes.
Pese a estos escollos, el presidente grecochipriota se mostraba esperanzado: "Una solución no puede dejar vencedores y vencidos. Si queremos un acuerdo viable y duradero, todos, grecochipriotas y turcochipriotas, debemos comprender que es necesaria una salida equilibrada", afirmó a la prensa en Ginebra.
Durante toda la semana, los representantes de las dos entidades trataron varios asuntos, como la composición de un futuro ejecutivo y el diseño de sus fronteras internas.
La división del país provocó el éxodo entre el norte y el sur de decenas de miles de chipriotas griegos y turcos, que esperan, si se llega a un acuerdo, recuperar las propiedades que tuvieron que abandonar.
Los dirigentes turcochipriotas ya acordaron devolver algunas de las tierras que controlan desde 1974.
Los chipriotas turcos, que eran 18% de la población de la isla antes de la partición, controlan actualmente más del 36% del territorio.
En las últimas negociaciones, Anastasiadis había propuesto que la futura entidad turcochipriota obtuviera el 28,2% del territorio. Akinci había reclamado entonces un 29,2%.
Antonio Guterres, que auspició las negociaciones en Ginebra en su primer viaje como nuevo secretario general de la ONU, dijo que un acuerdo está "cerca", pero advirtió contra las expectativas de una "solución rápida".