El supremacista blanco Dylann Roof fue sentenciado a muerte este martes por un jurado de Charleston, en el sureste de Estados Unidos, por la masacre en 2015 de nueve feligreses de una iglesia de la comunidad negra.
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El joven de 22 años escuchó la decisión del jurado con las manos tomadas sobre su regazo y sin mostrar ninguna expresión, más allá de una semisonrisa.
El juez Richard Gergel sentenciará formalmente a Roof el miércoles a las 09H30 locales en una audiencia donde los supervivientes y familiares de las víctimas tendrán oportunidad de dirigirse al condenado.
La familia de Roof divulgó un comunicado a través del diario local The Post and Courier en el que mostró su empatía con las víctimas del crimen.
"Siempre amaremos a Dylann", escribieron. "Mientras vivamos, seguiremos batallando por entender por qué cometió este horrendo ataque que ha causado tanto daño a tanta buena gente".
El 17 de junio de 2015, Roof se unió a un grupo de estudio de la biblia en la iglesia Madre Emanuel, un símbolo de la lucha contra la esclavitud en Charleston (Carolina del Sur), y minutos después emprendió una masacre en la que murieron nueve personas negras.
El mes pasado, el autoproclamado supremacista blanco fue hallado culpable de los 33 cargos federales de los que se le acusaba, entre ellos crímenes de odio que derivaron en muertes.
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Hablando en su propia defensa, Dylann Roof dijo este martes al jurado: "Sentía que tenía que hacerlo y todavía siento que debía hacerlo".
El senador por Carolina del Sur Tim Scott saludó la decisión del jurado en un mensaje en Twitter: "Hace 19 meses, un asesino sin corazón intentó iniciar una guerra racial (…). Hoy ese hombre fue justamente sentenciado a muerte".
De su lado, la fiscal general Loretta Lynch recordó que Roof cometió esta masacre "debido a la raza" de las víctimas.
"Ningún veredicto puede traernos de regreso a los nueve que perdimos ese día en la iglesia Madre Emanuel", escribió en un comunicado. "Pero esperamos que el fin de este proceso le dé al pueblo de Charleston, y al pueblo de nuestra nación, un sentimiento de cierre".
– "No saben nada del odio" –
En su alegato de cierre, el fiscal Jay Richardson dijo al tribunal que Roof "ejecutó cruelmente" a "personas a las que describió en sus escritos como meros animales salvajes".
"Sentencien a este acusado a muerte, por matar a Clementa Pinckney", había dicho, refiriéndose al pastor de la iglesia. Luego repitió la frase nombrando a las otras ocho víctimas.
El fiscal añadió que Roof llegó al grupo de estudio de la biblia "con un corazón lleno de odio y una Glock .45".
Jennifer Pinckney, la esposa del pastor, se escondió con su hija de seis años en un cuarto aledaño. Otra sobreviviente, Felicia Sanders, protegió a su nieta de 11 años con su cuerpo y presenció el momento en que Roof mató a su hijo, Tywanza, de un tiro.
La madre de Roof sufrió un infarto durante el emotivo testimonio de Felicia Sanders en diciembre y debió ser enviada de urgencia a un hospital.
En su defensa, Roof dijo que el odio que sienten hacia él los familiares de las víctimas es similar a los sentimientos que él sentía hacia los feligreses. Y añadió que la suya fue una "compulsión natural".
"Nadie en su sano juicio quiere ir a una iglesia a matar gente", dijo Roof. "Nadie que odie algo tiene una buena razón para hacerlo".
"Nadie, incluyendo la fiscalía, que piense que estoy lleno de odio tiene la menor idea de lo que es el odio realmente. No saben nada del odio".
– Ni una lágrima –
En diciembre, la corte vio el video de la confesión que hizo Roof tras su arresto, al día siguiente del ataque. En ella, el joven justificaba sus acciones como una represalia por los supuestos crímenes cometidos por los negros contra los blancos.
"Los negros están matando a los blancos todo el tiempo en la calle y están violando a las mujeres blancas", decía Roof, calmado, al oficial del FBI que lo interrogaba.
Refiriéndose a este video y a otras pruebas de su simpatía por el nazismo y el Ku Klux Klan, el fiscal Richardson dijo a los miembros del jurado que Roof "pasó años alimentando este profundo odio".
En una nota que Roof escribió en la cárcel y que fue leída en la corte, el condenado escribió que no había "soltado una lágrima" por los inocentes a los que mató. Y añadió: "Sí lo lamento por las personas blancas inocentes que mueren diariamente a manos de las razas inferiores".
Los investigadores hallaron en su coche, más allá del arma homicida y municiones, una bandera confederada -considerada un símbolo racista- y un suéter con un gran "88", cifra con la que los supremacistas blancos abrevian el saludo nazi "Heil Hitler".
Este caso ha causado gran conmoción en la opinión pública estadounidense, en momentos en que Estados Unidos está sumido en una serie de episodios que dejan en evidencia sus tensiones raciales.