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Irán y las grandes potencias se reunieron este martes en Viena para supervisar la aplicación del acuerdo nuclear cerrado en 2015, en un contexto de incertidumbre ante la próxima investidura en Washington de Donald Trump, que criticó duramente este pacto.
"Todo transcurre como estaba previsto", declaró a la prensa el representante ruso Vladimir Voronkov al término de la reunión, subrayando que la aplicación del acuerdo se realiza "conforme" a los compromisos. "El grado de confianza crece. También es importante", aseguró.
Organizada a petición de Teherán tras la renovación de las sanciones estadounidenses en diciembre, el encuentro reunió durante casi tres horas a altos funcionarios de seis países implicados en el acuerdo, bajo la égida de la Comisión Europea.
Trump, que el 20 de enero tomará sus funciones como presidente de Estados Unidos, amenazó durante la campaña con "hacer añicos" el texto, considerado como uno de los principales éxitos diplomáticos de su predecesor, Barack Obama.
Del lado iraní, el acuerdo también perdió un importante apoyo simbólico tras la muerte el domingo del expresidente Akbar Hachemi Rafsanyani, de 82 años.
El acuerdo, concluido en maratonianas negociaciones en julio de 2015 entre Irán y el grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) y en vigor desde enero de 2016, prevé el levantamiento de las sanciones que golpean a Irán a cambio de un estricto control de sus actividades nucleares.
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La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), organismo de la ONU encargado de supervisar la aplicación por Teherán, aseguró hasta ahora que la República Islámica cumple con sus compromisos.
Por su parte, la comunidad internacional levantó la mayor parte de las sanciones contra Irán, permitiendo especialmente que el país regrese al mercado mundial de gas y petróleo.
– Acuerdo 'horroroso' según Trump –
Sin embargo, a principios de diciembre el Congreso estadounidense renovó por diez años el Iran Sanctions Act (ISA). Obama, muy implicado en la consecución del acuerdo, autorizó esta prolongación pero se abstuvo de firmar la ley.
Irán considera esta renovación como una "violación" del acuerdo nuclear y acusa a Estados Unidos de impedir una normalización real de las relaciones económicas, en particular bancarias, con el resto del mundo.
Washington suspendió las sanciones contra Irán relacionadas con su programa nuclear, pero impuso otras vinculadas a la violación de derechos humanos por Teherán, a su apoyo al "terrorismo" en Oriente Medio y a su programa de misiles balísticos.
Estas sanciones penalizan al sector bancario iraní y a sus industrias de energía y defensa. Como consecuencia, los beneficios económicos del acuerdo nuclear fueron menores de lo que esperaba Irán. Esta frustración podría poner en peligro una eventual reelección en mayo de su presidente moderado, Hasan Rohani.
Voronkov había considerado sin embargo, en declaraciones a la agencia RIA Novosti antes del inicio de la reunión, que "los problemas de orden bilateral no tendrán ningún impacto en el Plan de Acción Global", nombre oficial del acuerdo.
Trump volvió a calificar el acuerdo de "horroroso" en un tuit a finales de diciembre pero no aclaró qué prevé hacer con él. Además, designó como futuro jefe de la CIA a un feroz crítico del régimen iraní, Mike Pompeo, que se comprometió a dar marcha atrás en un "acuerdo desastroso".
Obama puso no obstante en duda que Trump pueda desmantelar "un acuerdo fantástico (…) que impide que Irán obtenga armas nucleares".
También las autoridades iraníes consideraron que no podrá modificarlo, especialmente por que fue "aprobado" por la ONU. La Unión Europea insistió asimismo sobre el carácter "multilateral" del texto.
Voronkov se mostró asimismo tranquilo este martes sobre las intenciones de Trump. "La campaña electoral es una cosa y el momento de entrar en funciones es otra", afirmó a la agencia Tass, considerando que el nuevo presidente tiene ahora "la posibilidad de ver el documento de otro modo".