Las autoridades estadounidenses acusaron este lunes de fraude y conspiración a un ejecutivo de Volkswagen que consideran que ayudó a encubrir el escándalo de los motores diésel trucados, anunció el Departamento de Justicia.
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Oliver Schmidt, quien dirigió el servicio de conformidad reglamentaria del fabricante automovilístico alemán en Estados Unidos entre 2012 y marzo de 2015, se presentó este lunes ante una corte de Miami para enfrentarse a la acusación de que mintió a los reguladores estadounidenses.
Schmidt no hizo declaración de culpabilidad o inocencia, y deberá acudir a otra audiencia el jueves, según informaciones de la prensa.
El FBI había arrestado a Schmidt el sábado por su conexión con el "diesselgate", por el que Volkswagen admitió en 2015 haber equipado 11 millones de autos diésel, 600.000 de ellos en Estados Unidos, con un programa que falseaba el nivel real de emisiones de gas contaminante.
Esta tecnología permitía que los vehículos pasaran los exámenes de emisiones, aunque algunos emitían hasta 40 veces más óxido de nitrógeno de lo permitido.
Volkswagen, primer fabricante de automóviles europeo, acordó pagar más de 15.000 millones de dólares para arreglar o remplazar los vehículos afectados en Estados Unidos. Pero el gigante alemán aún se enfrenta a una investigación penal en Estados Unidos, y los fiscales prevén presentar nuevas acusaciones contra otros individuos.
Según una declaración jurada del FBI, Schmidt desempeñó un papel clave en los esfuerzos de Volkswagen para encubrir ante el regulador estadounidense este fraude masivo.
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Schmidt, de 48 años, se sinceró cuando tuvo conocimiento en abril de 2014 de un estudio de la organización sin ánimo de lucro International Council of Clean Transportation, el cual desvelaba las diferencias entre las emisiones y los niveles analizados, según la declaración jurada del FBI.
"Primero deberíamos decidir si somos honestos", excribió Schmidt en una nota a un colega. "Si no somos honestos, todo se queda como está".
En consecuencia, Schmidt y otros cargos desarrollaron un plan para seguir maquillando el uso del software en unos encuentros con reguladores californianos en agosto de 2015, más o menos un mes antes de que la conspiración saliera a la luz.
Volkswagen sostiene que está cooperando con los investigadores estadounidenses.
"Hay investigaciones en marcha. No puedo hacer ningún comentario", dijo este lunes Herbert Diess, presidente de la marca Volkswagen, en el Salón del Automóvil de Detroit.
La marca alemana, cuya imagen se vio dañada por el escándalo, anunció el lunes un aumento de 3% de sus ventas mundiales de autos en 2016 (con 5,99 millones de vehículos) gracias al entusiasmo de los clientes chinos por sus modelos.