El informe de las agencias estadounidenses de inteligencia divulgado el viernes revela que Rusia buscó desprestigiar a la candidata demócrata Hillary Clinton y ayudar a Donald Trump a ganar las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
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Para el FBI, la CIA y la NSA, las tres grandes agencias de espionaje de Estados Unidos, el presidente Vladimir Putin y el gobierno ruso "desarrollaron una clara preferencia por el presidente electo Trump", quien durante la campaña hizo comentarios favorables al líder ruso.
El objetivo de Rusia con esa campaña era "minar la confianza en el proceso democrático estadounidense, denigrar a la exsecretaria de Estado Clinton y dañar su capacidad de ser elegida y su potencial presidencia", según el documento.
El informe desclasificado, basado en una versión más detallada presentada tanto al presidente Barack Obama como al presidente electo Trump, no contiene nueva información que apunte a la responsabilidad de Moscú en el pirateo contra el partido Demócrata.
Pero presenta públicamente, por primera vez, un argumento claro de que el Kremlin escogió un bando en la contienda electoral estadounidense, incluso aunque no pretenda demostrar que Putin logró inclinar el resultado de lo que fue una reñida contienda.
– Acusaciones claves –
El informe afirma "con gran confianza" (es decir, con "información de calidad de varias fuentes") que el mismo Putin "ordenó una campaña de influencia" para denigrar a Clinton e impulsar a Trump.
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La campaña buscó, según el informe, socavar el orden liberal internacional liderado por Washington y exponer la "hipocresía" de Estados Unidos al avergonzar al Kremlin tras las filtraciones de los papeles de Panamá.
Además, Putin guardaba un rencor personal hacia Clinton, alega el informe, ya que la culpa de fomentar protestas en contra de su gobierno en 2011, cuando era secretaria de Estado estadounidense.
La campaña fue, según el informe, "multifacética", incluyendo métodos encubiertos como el pirateo cibernético y otros abiertos como propaganda mediática y "trolls" pagados en redes sociales.
– ¿Cómo lo hicieron? –
Según el informe, desde julio de 2015 y al menos hasta julio de 2016, el GRU, el servicio militar ruso de inteligencia, pirateó cuentas de correo electrónico de dirigentes del partido Demócrata.
Esa información, en parte vergonzosa o comprometedora para sus autores, fue filtrada a través de WikiLeaks, el alias online Guccifer 2.0, DCLeaks.com y otros intermediarios.
Desde 2014, piratas rusos revisaron sistemas usados por las juntas electorales de Estados Unidos, pero el Departamento de Seguridad Interior afirma que no lograron penetrar en la plataforma de conteo de votos.
El aparato mediático estatal de Rusia, especialmente sus medios en inglés -la cadena de televisión Russia Today y la plataforma web Sputnik- desplegaron una campaña de propaganda.
El Kremlin también contrató a un ejército de "trolls" pagados y simpatizantes que inundaron las redes sociales con informes y comentarios diseñados para dañar a Clinton y ayudar a Trump.
Tanto los medios oficiales como los "trolls" difundieron en algunos casos noticias falsas o manipuladas y otras historias negativas para Clinton.
– ¿Cómo lo sabe EEUU? –
Trump ha criticado el informe, recordando errores de la CIA en el pasado, como su errónea afirmación de que Sadam Husein poseía armas de destrucción masiva.
La versión desclasificada poco revela sobre los métodos de contraespionaje o las fuentes usadas, pero presenta un cuadro claro del deseo de Putin de una victoria de Trump a través de fuentes abiertas, incluyendo funcionarios rusos y periodistas.
– ¿Por que Putin apoyó a Trump? –
El informe sugiere que Putin encontró en Trump a alguien más proclive a aceptar un acuerdo militar en Oriente Medio en el que fuerzas rusas y estadounidenses pudiesen trabajar juntas contra los yihadistas del grupo Estado Islámico.
Históricamente, a Rusia le ha gustado trabajar con líderes occidentales cuyos intereses económicos hacen probable que se genere una buena relación, como el italiano Silvio Berlusconi y el alemán Gerhard Schroeder.
Y, según el informe, Rusia buscó manchar el símbolo de la democracia de Estados Unidos, por temor a que la expansión de los ideales estadounidenses pudiese socavar el control del Kremlin sobre los mismos ciudadanos rusos.