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El aeropuerto de Fort Lauderdale reinició sus operaciones el sábado, después de haber vivido caóticas escenas el día anterior, cuando un hombre abrió fuego contra la multitud y dejó cinco muertos y seis heridos.
Hacia las 13H00 locales del viernes, Esteban Santiago sacó su revólver semiautomático de 9 milímetros y comenzó a disparar indiscriminadamente a la gente que esperaba su equipaje en la terminal 2 del aeropuerto de Fort Lauderdale, una pequeña ciudad balnearia que se halla a 50 kilómetros al norte de Miami, en Florida.
Santiago, un exmilitar estadounidense de 26 años que combatió en la guerra de Irak, fue arrestado sin resultar herido tras dejar escenas de viajeros corriendo, en pánico, para salvar sus vidas.
Ahora está detenido en una cárcel de Broward bajo cargos federales, que serán desclasificados más adelante.
Originalmente las autoridades habían informado de que el ataque dejó cinco muertos y ocho heridos, pero en una rueda de prensa este sábado, el alguacil del condado de Broward redujo la cifra de heridos de bala a seis.
"En realidad, son sólo seis. Tres de las víctimas están en buenas condiciones, tres permanecen en la unidad de cuidados intensivos", dijo el sheriff Scott Israel.
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El agente especial a cargo del FBI en Miami, George Piro, dijo que los funcionarios terminaron de procesar la escena del crimen hacia las 07H00 de este sábado y que la terminal está otra vez en manos de las autoridades del aeropuerto.
Los vuelos de carga se reiniciaron a medianoche y los de pasajeros, a las 05H00 de la madrugada, detalló el director del aeropuerto, Mark Gale.
Un vídeo grabado por un testigo con su teléfono y obtenido por el canal Fox mostraba a una persona sangrando en el suelo de la terminal 2 y a otras tumbadas o arrodilladas.
"Todo el mundo se dispersó, era una histeria masiva", contó un testigo, un pasajero identificado sólo como Duane, a CNN.
El agente Piro dijo que "la investigación está en una fase muy temprana aún", por lo que no se puede determinar si se trató o no de un acto terrorista. "En este punto parece que actuó solo", precisó.
También destacó que el sospechoso está colaborando con los investigadores.
– "Desempeño insatisfactorio" –
Santiago fue miembro de la Guardia Nacional de Puerto Rico, donde se crió, y de Alaska.
Entre abril de 2010 y febrero de 2011, estuvo desplegado en Irak y abandonó el ejército en agosto del año pasado.
Había viajado desde Alaska hasta Fort Lauderdale con una escala en Minnesota.
El agente Piro dijo que el atacante no estaba en la lista de personas que tienen prohibido volar y que había declarado legalmente que portaba un arma en su equipaje, algo que no sorprende en un país donde el derecho a portar armas está garantizado por la Constitución.
También señaló que Santiago entró hace dos meses a una oficina del FBI en Anchorage, en Alaska, mostrando "un comportamiento errático" que llevó a los funcionarios a enviarlo a un hospital psiquiátrico para su evaluación.
Según CBS, el hombre dijo entonces que lo estaban forzando a pelear por el grupo yihadista Estado Islámico y que la CIA controlaba su mente, al obligarlo a ver vídeos de esa organización.
De acuerdo con ABC News, Santiago fue dado de baja de su servicio militar debido a su "desempeño insatisfactorio".
Durante toda la tarde y la noche del viernes el aeropuerto se mantuvo cerrado y miles de personas quedaron varadas en la terminal, retenidas por las autoridades mientras procesaban la escena del crimen.
"Tuvimos docenas y docenas de autobuses que transportaban lo que calculamos que serían unas 10.000 personas", dijo Mark Gale.
Las autoridades también tuvieron que organizar la complicada devolución de cerca de 20.000 maletas y otros artículos personales a los pasajeros que habían sido evacuados.
La Cruz Roja asistió a los pasajeros.
El presidente Barack Obama dijo que tenía el "corazón roto" por el incidente, en una entrevista exclusiva concedida a ABC News.
"No quiero hablar sobre ello, sólo decir que tengo el corazón roto por todas las familias que se han visto afectadas", lamentó el mandatario.
El gobernador del estado, Rick Scott, viajó al lugar y aseguró que el responsable "tendrá que rendir cuentas (y sobre él debe recaer) todo el peso de la ley".
En tanto, el presidente electo, Donald Trump, comentó en Twitter que estaba "monitoreando la terrible situación en Florida" y dijo que sus "pensamientos y plegarias" estaban con las víctimas.
Este ataque ocurrió en un estado sensibilizado por los frecuentes tiroteos que ocurren en Estados Unidos.
En junio del año pasado, un atacante solitario mató a 49 personas e hirió a 53 en un bar gay en Orlando, en el centro de Florida.