Barack Obama llamó este miércoles a sus aliados del partido Demócrata a luchar contra la eliminación de su reforma del sistema público de salud, que el presidente electo Donald Trump pretende suprimir una vez que llegue a la Casa Blanca, el 20 de enero.
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Mientras Obama se reunía con legisladores de su partido, el vicepresidente electo, Mike Pence, mantuvo encuentros con la tropa del partido Republicano en el inicio de la preparación para la batalla por el futuro del sistema, conocido como Obamacare.
En una reunión realizada a puertas cerradas, Obama le dijo a los legisladores aliados que sentía "envidia por la oportunidad que tendrán de meterse en esta lucha para proteger el cuidado de salud para los estadounidenses", comentó el senador Ed Markey.
En las elecciones de noviembre, los republicanos conquistaron no solo la Casa Blanca sino que además pasaron a controlar las dos cámaras del Congreso, en una situación que deja a los demócratas con escasas posibilidades de impedir un desmonte de Obamacare.
De acuerdo con legisladores en la reunión con Obama, que duró poco más de una hora y media, el argumento del presidente fue simple: es fácil abolir una ley, pero no es tan fácil substituirla con un sistema alternativo que sea viable y menos costoso.
Además, ese sistema deberá mantener los derechos adquiridos por los estadounidenses con el nuevo proceso.
"El presidente nos ha dejado claro que la política está de nuestro lado", dijo a vez el representante John Lewis, quien mencionó sondeos que muestran que las bases de la reforma adoptada en 2010 aún son populares.
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"Nos ha impulsado a luchar", señaló Lewis.
Entre los republicanos, la oposición a la continuidad del sistema Obamacare es generalizada, pero no se percibe hasta ahora con claridad una propuesta alternativa.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, lanzó una propuesta de un sistema de créditos, pero los costos para el gobierno o para los usuarios siguen sin ser claros.
Por eso, la Casa Blanca parece apostar a que los estadounidenses reaccionarán con furia si Trump decide anular el sistema Obamacare, removiendo la protección médica a millones de personas, sin tener una alternativa viable.
Sin embargo, el vicepresidente electo Pence dejó claro en sus encuentros con los legisladores conservadores que el nuevo gobierno que asumirá el poder el 20 de enero no está preocupado con eso.
"El primer punto de la agenda es abolir y reemplazar Obamacare", dijo Pence a la prensa al salir de su encuentro con legisladores republicanos.
– Alternativa aún difusa –
En ese cuadro, Ryan expresó una línea más cautelosa, y expresó su convicción de que los republicanos deberían evitar dejar a millones de estadounidenses desprotegidos de cobertura médica sin tener una alternativa viable.
"Tenemos que arreglar esto poniendo en su lugar algo mejor" y será necesaria una transición suave, dijo Ryan.
El legislador Chris Collins dijo que el partido republicano estaba analizando un plan de seis meses para elaborar una alternativa a Obamacare, aunque otros dirigentes mencionaron que era una meta muy ambiciosa.
Paradójicamente, la súbita desaparición de Obamacare dejaría expuestos a dos sectores del electorado que fueron fundamentales en la victoria de Trump: los trabajadores blancos y los jubilados.
"No me sorprende que algunos republicanos ahora estén incómodos con la perspectiva del impacto que el rechazo de Obamacare tendrá en sus propios seguidores", dijo el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest.
En la visión del portavoz, "hay gente en todo el país que se benefició de esta ley, que están protegidos por esta ley y cuyas vidas han sido salvadas por esta ley".
El nuevo líder del partido demócrata en el Senado, Chuck Schumer, adelantó este miércoles que resistirá a cualquier tentativa de eliminar Obamacare.