Italia quiere "acelerar las expulsiones y repatriaciones" de migrantes fuera de sus fronteras, insistió este miércoles el ministro de Relaciones Exteriores, Angelino Alfano, tras registrarse nuevas tensiones en el país.
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Una revuelta estalló a comienzos de esta semana en un centro de acogida en Cona, al suroeste de Venecia, a causa del fallecimiento de una joven marfileña de 25 años, tras lo que los migrantes acusaron a los servicios de emergencia de haber llegado demasiado tarde.
"Actuamos con rigor y humanidad: hemos salvado muchas vidas, pero no podemos aceptar de quien sea violaciones de las reglas", reaccionó Alfano este miércoles en una entrevista publicada en el diario La Stampa.
"Es por ello que tenemos que acelerar las expulsiones y las repatriaciones. Trabajo para concluir acuerdos que disminuyan las llegadas e impidan las partidas", subrayó.
"Hay un triángulo de países fundamentales: Níger, con el que estamos cerca de alcanzar un acuerdo, Túnez y Libia", precisó.
El ministro del Interior italiano, Marco Minniti, viajó precisamente a Túnez en esta semana para renovar un acuerdo bilateral de rapatriación, a cambio de diversas ayudas.
Este miércoles estará en Malta, que ejerce la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE) en este primer semestre del año, para hablar también de inmigración y seguridad.
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En Italia, el ministro quiere abrir, o reabrir, en cada región un "centro de identificación y expulsión", pero esto es incluso contestado en el seno de su propio Partido Demócrata (PD, centro-izquierda), actualmente en el poder.
La revuelta en el centro migrantes de Cona, abarrotado de gente, relanzó el debate sobre la repartición de las estructuras de acogida a lo largo de todo el país.
Un acuerdo entre el gobierno y la asociación de municipios italianos prevé que éstos reciban de manera voluntaria una media de 2,5 migrantes cada mil habitantes contando con ayudas financieras.
Sin embargo, Cona, una población de 3.000 habitantes, acoge a 1.500 migrantes, todos reunidos en un centro único, donde se registró la revuelta.
Un centenar de los migrantes prendieron fuego al mobiliario y tomaron como rehenes a empleados durante horas, lo que provocó la intervención de las fuerzas del orden.
De unas 8.000 localidades, alrededor de 2.800 han puesto a disposición estructuras de acogida provisional para los migrantes.