El ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, reveló este martes las grandes líneas de una reforma de los servicios de seguridad, cuyas fallos actuales quedaron expuestas con el atentado del 19 de diciembre en Berlín.
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En un artículo publicado por el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung, el ministro conservador insiste en la necesidad de reforzar los poderes del Estado federal en materia de inteligencia interior y acelerar el reenvío de migrantes a quienes se les haya rechazado una petición de asilo.
Propone además reforzar la competencia hasta ahora limitada de la policía federal y crear un centro de crisis a cargo de coordinar los diferentes servicios concernidos sobre los temas de migración y antiterrorismo.
"El Estado federal no es competente para catástrofes a escala nacional" como el atentado del 19 de diciembre, que dejó 12 muertos, escribió el ministro.
"Las competencias en materia de lucha contra el terrorismo internacional no están concentradas", lamentó.
"Necesitamos reglas homogéneas y una mejor coordinación", escribió, en particular para la vigilancia de individuos clasificados como "peligrosos", como era el caso del presunto autor del atentado, el tunecino Anis Amri.
El atentado con un camión en un mercado de Navidad muy frecuentado en Berlín dejó en evidencia los fallos del sistema federal alemán, que le valen a las autoridades acusaciones de negligencia.
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En Alemania, desde el fin del Tercer Reich, las competencias en materia de policía o de vigilancia las comparten los 16 Estados regionales y el Estado federal.
El presunto autor del atentado, Anis Amri, que juró adhesión al grupo yihadista Estado Islámico, pasó por debajo de los radares de la vigilancia de la que era objeto, aprovechando la dispersión de las responsabilidades, lo que le permitió además huir después del ataque.
– En el corazón de la campaña electoral –
La policía dejó de interesarse por sus actividades en septiembre por falta de elementos suficientes con respecto a un eventual proyecto de atentado, esto a pesar de que fue clasificado como una persona potencialmente peligrosa hace meses y que otros países lo consideraban una amenaza.
En un país trastornado por la llegada de más de un millón de refugiados desde 2015 y ahora un atentado yihadista, la seguridad debería instalarse en el centro del debate electoral de cara a las legislativas de septiembre.
El dirigente de la Unión Social Cristiana (CSU), aliado del CDU de la canciller, Angela Merkel, afirma que la seguridad es "como una espada de Damocles" que podría decidir el resultado de los comicios.
"Ya vimos varias cosas menos importantes decidir una elección", insistió Horst Seehofer, que reclama desde hace meses mayor firmeza en los temas migratorios y de seguridad.
– Centros de retención –
Anis Amri, tunecino de 24 años, debía haber sido expulsado hacia Túnez una vez que se le rechazó su petición de asilo, pero las autoridades de su país tardaron en aportar los documentos necesarios.
Por consecuente, Thomas de Maizière pide la creación de centros de retención cerca de los aeropuertos adonde serían enviadas las personas en vías de expulsión hasta que ésta se ejecute.
El atentado de Berlín expuso crudamente los fallos de funcionamiento del aparato de seguridad alemán.
Pero otros acontecimientos en los últimos meses ya habían revelado numerosos problemas.
En octubre, un refugiado sirio, que había escapado en un primer momento a la policía a pesar de la estrecha vigilancia, logró luego suicidarse en prisión unos días después de su detención.
A finales de noviembre, un agente de inteligencia interior fue detenido, como sospechoso de ser un "presunto islamista" que propuso información sobre el funcionamiento de su administración en internet para preparar un atentado.
En pleno auge, la derecha populista Alternativa por Alemania (AfD), reaccionó a las propuestas de de Maizière acusándolo de plagio.
Georg Pazderski, un responsable de AfD, estimó que la CDU "prometió mucho estos últimos años pero no pasó nada".