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Después del huracán, la difícil organización de las elecciones en Haití

El ambiente es tenso en el patio de este liceo de la ciudad de Cayos: los damnificados por el huracán Matthew, refugiados en los salones de clase desde hace mes y medio, temen ser evacuados por la fuerza del edificio, que debe ser utilizado como local de votación en las elecciones haitianas del domingo.

“Todos nosotros perdimos nuestras viviendas, nuestros hijos no tienen siquiera ropa para cambiarse”, lamenta Marie-Merlande Nicolas, joven madre de tres hijos, de 32 años de edad, en nombre de las 181 familias hacinadas en este sitio.

“Si Gabriel no puede sacarnos de manera digna no habrá elecciones: fue la alcaldía la que nos ubicó aquí antes de que llegara el mal tiempo”, dice Nicolas aludiendo a Gabriel Fortuné, el alcalde de la tercera ciudad del país.

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Un día antes, el jerarca había ordenado la evacuación, manu militari, de otro establecimiento escolar que servía de refugio a los damnificados.

“Sí, pedí a las fuerzas del orden y a la justicia que los refugios fueran evacuados: no puedo llamar a eso una solución, es un verdadero dilema porque esas familias carecen de solución (habitacional) viable, pero pueden recurrir a sus familiares”, intentó justificarse Fortuné en conversación telefónica con la AFP.

– Por la fuerza –

Los refugiados del liceo Museau lograron por el momento permanecer en el lugar a pesar de la violencia de la policía. La presencia entre ellos de una treintena de personas minusválidas les evitó la expulsión.

Una de esas personas es Dusnel Fontaine, que con su bastón blanco protesta contra las autoridades que pretenden expulsarlos. La situación no hace más que reforzar su desagrado por los políticos.

“No creemos en las elecciones, porque cuando votamos nada serio se produce”, dice este hombre, ciego de nacimiento. “A Gabriel lo habíamos votado y ahora nos reprime con gases. No vamos a votar el domingo ni ningún otro día, porque no podemos votar por ladrones”.

“La necesidad de contar con centros de votación puede ser resuelta de diferentes maneras y no sólo desalojando a la gente: tenemos cantidad de tiendas de campaña”, comenta Mourad Wahba, coordinador humanitario de la Minustah, la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, presente en el país desde 2004.

Unas 175.000 personas perdieron su vivienda a causa del huracán Matthew a comienzos de octubre, y la ocupación de edificios públicos por varios centenares de ellas constituye una problemática que va más allá de la simple agenda electoral.

Frente a la entrada del liceo Museau, decenas de alumnos expresan su descontento bloqueando la ruta nacional de ingreso a la ciudad.

El fiscal Yvon Pradel se trasladó al lugar para intentar negociar con los estudiantes. “No puedo aceptar que los alumnos ocupen las calles. Mi trabajo consiste en asegurar que exista un ambiente calmo durante el período electoral”, explicó a una delegación de jóvenes.

Los estudiantes acabaron retirándose. Las víctimas de Matthew, por su lado, no paran de manifestar su desconfianza en un Estado que las ha dejado solas, y protestan ante cada SMS que reciben de un candidato que les pide su apoyo para este domingo.

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