Recién llegado a la Casa Blanca, Donald Trump encendió un intenso debate sobre su apoyo popular, incluso antes de empezar a tomar las primeras medidas como presidente de Estados Unidos.
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Un día después de que millones de personas salieran a las calles en varias ciudades estadounidenses y del mundo en protesta contra el nuevo mandatario, Trump acudió a Twitter para burlarse de los manifestantes.
“¡Miré las protestas de ayer pero tengo la impresión de que recién tuvimos una elección! ¿Por qué estas personas no votaron?”, preguntó Trump, acusando a los actores, directores, artistas y cantantes que se subieron al escenario en Washington para criticarlo de “hacer mucho daño a su causa”.
En un segundo tuit, una hora más tarde, Trump eligió un tono más conciliador y declaró que respetaba el derecho a manifestarse: “Las protestas pacíficas son un sello distintivo de nuestra democracia. Aunque no siempre esté de acuerdo, reconozco los derechos de la gente a expresar sus opiniones”.
Se calcula que más de dos millones de personas participaron en las marchas organizadas por mujeres en Estados Unidos y alrededor del mundo en defensa de los derechos de las mujeres, de los inmigrantes y de las minorías.
El magnate y su portavoz, que vieron cómo se multiplicaban las comparaciones sobre la cantidad de asistentes a su ceremonia de juramento y la de Barack Obama en 2009, criticaron con vehemencia el sábado a los medios, acusando a los periodistas de mentir sobre estas estimaciones.
“Parecía que había un millón, o un millón y medio de personas”, dijo Trump, agregando que la multitud llegaba hasta el Monumento a Washington, a dos kilómetros de donde él estaba.
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Su portavoz Sean Spicer también atacó a los medios que publicaron fotos que mostraban que la multitud estaba lejos de llegar hasta ese punto.
– Imágenes aéreas –
Las autoridades de las ciudades estadounidenses, tras unas malas experiencias previas, no dan datos sobre la concurrencia a las manifestaciones.
No obstante, esta información puede ser corroborada a través de las fotos aéreas y las cifras de las autoridades de tránsito sobre el uso del metro, según las cuales la multitud durante la toma de posesión de Trump fue, de lejos, más pequeña que en 2009.
“Mirado con perspectiva, el tamaño del público es una cuestión menor”, tuiteó el exasesor de Obama David Axelrod. “El hecho de que (el presidente) esté obsesionado con ello, no lo es”.
Los portavoces de Trump aparecieron a la defensiva este domingo, cuando se les preguntó en televisión sobre la preocupación de la administración por la cantidad de asistentes.
Cuando le preguntaron en NBC por qué Trump envió a su portavoz a expresar una “falsedad comprobable” sobre la ceremonia, la consejera del presidente Kellyanne Conway respondió que “Sean Spicer dio hechos alternativos”.
La declaración tuvo repercusión en Twitter, con comentarios que se burlaban de ella, y la etiqueta #alternativefacts (‘hechos alternativos’) se convirtió en tema dominante de la red en Estados Unidos y segundo en el mundo.