El alto el fuego en vigor en Siria fue globalmente respetado el viernes, pero los esporádicos combates recordaron la fragilidad del acuerdo, patrocinado por Rusia y Turquía.
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Esta tregua global, la primera desde septiembre, debe ser el preludio a unas negociaciones de paz en Kazajistán auspiciadas por Moscú, Teherán y Ankara, para intentar poner fin a una guerra que causó más de 310.000 muertos y millones de refugiados desde 2011.
El acuerdo fue cerrado sin Estados Unidos, una semana después de la reconquista de Alepo por el régimen de Bashar al Asad, su victoria más importante, que logró gracias al apoyo de Irán y Rusia.
El alto el fuego no concierne a beligerantes considerados grupos “terroristas”, como la organización yihadista Estado Islámico (EI) o Fateh Al Sham (ex Frente al Nusra, Al Qaida en Siria).
Desde su entrada en vigor a medianoche (22H00 GMT del jueves) el alto el fuego estuvo salpicado de combates esporádicos, pero sin que ninguna de las partes haya denunciado una violación flagrante.
El Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó de un muerto por disparo de francotirador de las fuerzas gubernamentales en la región de Ghuta oriental, feudo de los rebeldes.
En esa región, y en Idlib, decenas de personas aprovecharon la calma para manifestarse contra el presidente Asad.
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A unos 15 km al noroeste de Damasco hubo choques entre el régimen y los rebeldes en la región de Wadi Barada, una de las principales fuentes de aprovisionamiento en agua potable de la capital, según el OSDH.
“Los enfrentamientos son esporádicos y son acompañados de ataques llevados a cabo por helicópteros contra posiciones de grupos rebeldes y de Fateh Al Sham” precisó.
Facciones excluidas del acuerdo atacaron posiciones del régimen cerca de la ciudad de Mahrada, en la provincia de Hama (centro), y la fuerza aérea siria replicó con 16 ataques aéreos, según el OSDH.
También se produjeron otros incidentes, como un disparo de obús por parte del régimen en la provincia de Deraa (sur), indicó el Observatorio.
“Apoyo la tregua y espero que durará” dijo a la AFP Ahmed Astify, de 31 años, en Idlib. “Todo el mundo, los rebeldes o los habitantes, ya están cansados”, añadió.
– ‘Evolución positiva’ –
El conflicto ha entrado en las últimas semanas en una nueva fase gracias al impulso de Rusia e Irán, aliados de Damasco, y de Turquía, que apoya a los rebeldes.
Hasta ahora, todas las treguas negociadas entre Washington y Moscú, -varias desde 2011- habían saltado por los aires al poco tiempo.
Y esta es la primera vez que Turquía, aliada de los rebeldes, apadrina un acuerdo de estas características.
La cooperación ruso-turca en el conflicto sirio se había reanudado en junio tras meses de crisis, permitiendo imponer un cese el fuego en Alepo y la evacuación de civiles y de combatientes de los últimos barrios insurgentes de esa metrópolis arrasada por la guerra.
Según Rusia, el alto el fuego ha sido aprobado por “las principales fuerzas” de la insurgencia, siete grupos en total, entre ellos el poderoso Ahrar al Sham.
Moscú sometió este viernes al Consejo de Seguridad de la ONU una resolución para apoyar el alto el fuego que ayudó a negociar en Siria.
– Negociaciones en Astana –
“Se han firmado tres documentos: el primero entre el gobierno y la oposición armada sobre el cese el fuego en el conjunto del territorio sirio”, el segundo sobre las medidas para supervisar el respeto de la tregua y el tercero, que es “una declaración sobre la voluntad (de las partes) de lanzar negociaciones de paz”, indicó el jueves el presidente ruso Vladimir Putin.
El nuevo alto el fuego, calificado de “oportunidad histórica” por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, deberá abrir la puerta a nuevas negociaciones de paz previstas en enero en la capital de Kazajistán, Astana.
Ese encuentro precederá a las negociaciones intersirias auspiciadas por la ONU, previstas el 8 de febrero en Ginebra.
Astana “no es una alternativa a Ginebra”, insistió el ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, sino “una etapa complementaria”.
“Cualquier esfuerzo para acabar con la violencia, salvar vidas y crear las condiciones para una reanudación de las negociaciones políticas constructivas es bienvenido”, reaccionó el Departamento de Estado.