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Liberado el tunecino detenido el miércoles por el atentado de Berlín

El tunecino de 40 años detenido el miércoles en Alemania por su presunta complicidad con el supuesto autor del atentado de Berlín ha sido liberado sin cargos, anunció este jueves una portavoz de la fiscalía federal.

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Las investigaciones mostraron que ese individuo “no era el posible contacto de Anis Amri”, el tunecino de 24 años al que las autoridades alemanas atribuyen el atentado en el que murieron 12 personas, el 19 de diciembre, en un mercado navideño de Berlín, indicó la misma fuente.

Por otro lado, el diario Süddeutsche Zeitung afirma este jueves que el centro alemán de lucha antiterrorista estudió el caso de Anis Amri en numerosas ocasiones en 2016, pero consideró poco probable que cometiera un ataque.

El periódico desvela el contenido de los informes del centro antiterrorista, el último de los cuales fue redactado el 14 de diciembre, esto es, cinco días antes del ataque.

Según el medio, las autoridades sabían que Amri, abatido el viernes en Italia, mantenía vínculos estrechos con los círculos yihadistas alemanes y que la policía de Dortmund lo había definido como “partidario [del grupo] Estado Islámico” (EI).

Los investigadores también eran conscientes de que el tunecino había buscado en internet la manera de fabricar bombas y que había propuesto sus servicios como kamikaze, probablemente a un miembro del EI.

Los expertos del centro antiterrorista establecieron, asimismo, que Amri tenía ocho identidades conocidas, circulaba libre y constantemente por el territorio alemán y acudía a una escuela islámica de Dortmund, sospechosa de preparar a quienes desean unirse al EI en Siria e Irak.

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Pese a todos esos indicios, el centro antiterrorista atribuyó al tunecino el nivel 5 de peligrosidad en una escala del 1 al 8, lo que significa, según el Süddeutsche Zeitung, que “un acto de violencia es poco probable”.

En su informe del 14 de diciembre, los expertos antiterroristas destacaban que Amri tenía “una experiencia [del funcionamiento] de la policía” poco habitual, incluso para un islamista radical. Y aun así, habían perdido su rastro en noviembre.

Las autoridades alemanas admitieron poco después del atentado que la policía había vigilado a Amri entre febrero y septiembre porque sospechaba que estaba preparando un atentado.

El tunecino entró en el mercado navideño con un camión robado, a cuyo conductor asesinó, y luego atropelló a la muchedumbre, causando 11 muertos adicionales y unos 50 heridos.

Por su parte, el jefe de gobierno italiano, Paolo Gentiloni, descartó este jueves la existencia de una “red” en Italia de apoyo al tunecino Anis Amri.

“La investigación no ha revelado la existencia de redes particulares de Amri en Italia”, aseguró el primer ministro italiano en la tradicional rueda de prensa de fin de año celebrada en Roma.

La policía italiana investiga todos los movimientos de Amri, así como sus contactos antes del ataque el 19 de diciembre, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Amri, de 24 años, cumplió cuatro años de cárcel en Sicilia por haber incendiado un centro de acogida para inmigrantes en 2011, a donde había llegado en una barcaza como indocumentado a la isla de Lampedusa.

Según los medios de prensa italianos, el tunecino se radicalizó durante su permanencia en la cárcel siciliana.

“Se radicalizan aquí, en nuestras casas, en nuestras cárceles, en nuestros barrios. Eso los lleva a cometer atentados”, reconoció Gentiloni.

La policía, que aumentó el nivel de alarma en todo el país, ha realizado una serie de registros, entre ellos uno donde se presume que se alojó el año pasado, en una zona agrícola al sureste de Roma.

Según la investigación internacional, Amri tenía una media docena de identidades y al parecer usaba un documento falso de una comisaría de Palermo (Sicilia) que le reconocía el estatuto de refugiado.

Unos 500 potenciales objetivos terroristas en Italia, así como el Vaticano, están sometidos a severas medidas de seguridad.

Italia no ha sufrido hasta ahora atentados por parte del militantes yihadistas, pero esta vez se teme una “venganza”, tras la muerte del tunecino, abatido en un tiroteo con la policía hace una semana, con lo que se puso fin a cuatro días de caza al hombre en Europa.

Italia expulsó el jueves a un tunecino de 23 años que “mostraba señales de radicalización”, informó el ministerio del Interior.

Desde enero de 2015, Italia ha deportado a 132 personas por simpatía con organizaciones extremistas.

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