La derecha israelí desestimó este jueves el discurso del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, sobre el conflicto con los palestinos, al considerar que tendrá pocas consecuencias, dada la llegada inminente de la administración de Donald Trump.
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El ministro de Educación israelí, Naftali Bennett, repitió que la creación de un Estado palestino quedará “fuera de la agenda” cuando Trump asuma la presidencia, el 20 de enero.
Otros miembros del gobierno, considerado el más derechista de la historia del país, se burlaron de Kerry.
Bennett, de la formación nacionalista Hogar Judío, también volvió a instar a Israel a anexionarse la mayor parte de Cisjordania, lo cual destruiría cualquier esperanza de una solución de dos Estados para lograr la paz entre israelíes y palestinos.
En su discurso del miércoles, Kerry calificó los asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada y Jerusalén Este de “grave peligro” para la creación de un Estado palestino, la única vía, según él, “para lograr una paz justa y duradera” en la región.
Religiosos nacionalistas como Bennett, que considera Cisjordania parte de Israel, alegando el vínculo que mantiene su pueblo con esta tierra desde los tiempos bíblicos, tienen una gran influencia en el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Netanyahu tachó el discurso de Kerry de “sesgado contra Israel” y más centrado en los asentamientos que en la violencia palestina.
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El líder israelí también culpó al presidente estadounidense, Barack Obama, y a Kerry de orquestar la aprobación el viernes en la ONU de una resolución que exhorta a Israel a “cesar de inmediato y completamente toda actividad de colonización en territorio palestino ocupado, incluso en Jerusalén Este”.
La adopción de este texto, el primero que condena la colonización israelí desde 1979, fue posible gracias a la abstención de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad.
– ‘Dos Estados’ –
“Los israelíes no necesitan sermones sobre la importancia de la paz por parte de líderes extranjeros”, declaró Netanyahu el miércoles por la noche.
Antes del discurso de Kerry, Trump tuiteó “¡Sigue fuerte, Israel, el 20 de enero está cerca!”.
“Presidente electo Trump, gracias por su cálida amistad y su claro apoyo a Israel”, respondió Netanyahu.
Kerry dedicó a Israel unas críticas como rara vez se habían oído en boca de un responsable estadounidense.
“El primer ministro israelí respalda públicamente una solución con dos Estados, pero su actual coalición es la más derechista de la historia de Israel, con una agenda dirigida por sus elementos más extremos”, dijo.
Los colonos están decidiendo el futuro en Israel, aseguró Kerry. “Y su propósito establecido es claro: creen en un solo Estado, un gran Israel”, sentenció.
Según él, Israel y la futura Palestina deben establecerse sobre la base de las fronteras anteriores a la guerra de Seis Días de 1967, procediendo a “intercambios equivalentes” de territorio, por consentimiento mutuo.
Israel sería reconocido como un “Estado judío” y Jerusalén, como “la capital de dos Estados”.
El ministro de Cultura israelí, Miri Regev, se burló de esa propuesta y le sugirió a Kerry dividir Washington en lugar de Jerusalén.
– ‘Su propio legado’ –
Las declaraciones del secretario de Estado no soló suscitaron críticas del gobierno. El líder opositor, Isaac Herzog, afirmó, por ejemplo, que su discurso “mostraba una verdadera preocupación por la seguridad y el futuro” del país.
Otros defendieron a Kerry ante los ataques sobre su sesgo antiisraelí, citando partes del discurso en el que expresó su afecto y profunda preocupación por Israel.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, dijo tras escuchar a Kerry que estaba dispuesto a retomar los esfuerzos de paz con Israel si cesa la colonización.
Pero, incluso entre quienes respaldaron las palabras del político estadounidense, algunos cuestionaron el momento elegido y se preguntaron por qué no las había pronunciado antes.
“John Kerry se dirigió anoche a una sola persona: a sí mismo, a su propio legado”, escribió Nahum Barnea, columnista del diario israelí Yedioth Ahronoth. “Benjamin Netanyahu, que se dio prisa en responder, también se dirigió a una sola persona: Donald Trump”, recalcó.