El avión de la compañía boliviana LaMia que se accidentó cuando transportaba al club de fútbol Chapecoense de Brasil tenía combustible limitado para la ruta que cubría, según los resultados de la investigación preliminar de la Aeronáutica Civil de Colombia presentados este lunes en Bogotá.
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Los pilotos “eran conscientes de las limitaciones de combustible que tenían en el momento. No era el adecuado ni suficiente”, dijo el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, coronel Freddy Bonilla, en rueda de prensa.
Pese a ello, no reportaron la situación a las autoridades colombianas y solo se declararon en emergencia a seis minutos del impacto en una zona montañosa aledaña a Medellín, donde fallecieron 71 personas entre integrantes del Chapecoense, periodistas y tripulantes, agregó.
El funcionario aseguró que el piloto de la aeronave, Miguel Quiroga, y el copiloto, Ovar Goytia, plantearon aterrizar en Bogotá o en la ciudad colombiana de Leticia (sur) por “estar al límite de combustible”, pero no realizaron ningún requerimiento para ello.
“Hasta el momento tenemos evidencia de que ningún factor técnico influyó en el accidente, todo está involucrado en un factor humano y gerencial”, indicó Bonilla, quien agregó que el avión tenía un exceso de peso cercano a los 500 kilogramos, pero que no fue “determinante” en el siniestro.
– Minuto a minuto de la tragedia –
Según Aerocivil, a las 21H49 del 28 de noviembre los pilotos pidieron prioridad para aterrizar por un posible problema de combustible, y la controladora aérea del aeropuerto José María Córdova de Rionegro, que sirve a Medellín, les dio “la ruta más directa e inmediata”.
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A esa misma hora, el avión de LaMia empezó a descender sin autorización de las autoridades, a pesar de que en la zona estaba en proceso de aterrizaje un avión de Avianca y había otros en el sector.
Cinco minutos antes del siniestro, a las 21H57 (02H57 GMT), se apagó uno de los motores y tres minutos más tarde los cuatro aparatos dejan de funcionar.
A las 21H57 (01H57 GMT) la tripulación se declaró en emergencia por “falla total eléctrica” y “sin combustible”, y se perdió la señal de radar. Los pilotos pidieron vectores para aterrizar y empiezan a descender a 9.000 pies, unos 1.000 pies por debajo de la altura mínima del sector.
El avión chocó con Cerro Gordo, a unos 50 kilómetros de Medellín, a las 21H58 locales (02H58 GMT) a una velocidad de 115 nudos (unos 230 kilómetros por hora).
“Estamos investigando por qué no reportan antes” la emergencia, señaló Bonilla.
– “No se cumplió el plan de vuelo” –
De acuerdo con la indagación, cuyo propósito no es hallar responsables sino hacer recomendaciones para evitar futuras tragedias, la autoridad encargada de aprobar los planes de vuelo en Bolivia falló al aceptar unas condiciones de traslado “inaceptables” propuestas por LaMia.
“No se cumplió el plan de vuelo”, agregó Bonilla, quien explicó que para la ruta entre Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Medellín la aeronave debía contar con una reserva de combustible para sostenerse en el aire al menos una hora y cuarenta minutos.
La tripulación obvió una escala para reabastecerse, indicó el funcionario, quien agregó que por normativa internacional la investigación corresponde a Colombia por ser el lugar donde ocurrió el siniestro.
Además, afirmó, el avión RJ85 “supuestamente” tenía una certificación para volar por encima de los 29.000 pies, para lo cual no tenía capacidad.
– “Hubiera sido peor” –
La operadora del aeropuerto José María Córdova que se comunicó con los pilotos de la aeronave, Yaneth Molina, indicó por su parte que la tragedia pudo ser mayor.
La mujer, con un experiencia de 22 años como controladora, sostuvo que tuvo que “limpiarle la trayectoria” a la nave boliviana luego de que ésta empezara a descender sin notificar al centro de mando.
“Lastimosamente fueron 71 personas, muy terrible la situación, pero hubiera sido peor”, pues había tres aeronaves “demasiado cerca”, una de ellas de Avianca a una milla, cuando la normativa indica que el mínimo es de cinco, dijo a Blu Radio.