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Los dos primeros F-35 de un total de 50 comprados por Israel a Estados Unidos aterrizaron este lunes en la base aérea israelí de Nevatim, en tanto que el presidente electo estadounidense Donald Trump criticaba el costo de este caza furtivo.
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Los aviones llegaron con seis horas de atraso debido a la escasa visibilidad en Italia, su última escala, que impidió que despegaran.
Israel debe recibir en los próximos años la totalidad de los F-35 adquirido, un avión dotado con las más avanzadas tecnologías.
Trump criticó en la jornada en Twitter los costos “fuera de control” del programa de desarrollo de esta aeronave de combate.
“Los costos del programa F-35 están fuera de control. Miles de millones de dólares pueden y serán ahorrados de compras militares después del 20 de enero”, expresó Trump en la red Twitter, en referencia a la fecha de su investidura presidencial.
Lockheed Martin respondió a las críticas de Trump señalando que se trata de un aparato “de gran valor”, y prometió responder a las preguntas del presidente electo sobre el programa militar más caro de la historia de Estados Unidos.
La “flor y nata” israelí se había preparado para recibir de tarde temprano las aeronaves, pero en virtud de la reglamentación italiana respecto a la visibilidad en el momento del decolaje retrasó la partida.
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Jack Crisler, vicepresidente del grupo Lockheed Martin, no obstante destacó ‘in situ’ que el F-35 “es capaz de volar” con mal tiempo.
“Esperemos que haya buen tiempo cuando hagamos la guerra”, ironizó un israelí en la red Twitter.
Jeff Babione, director del programa F-35, aludió a la “tecnología increíble” de aparato y al esfuerzo constante para reducir los costos de construcción y de mantenimiento. “Es un aparato de gran valor y me encantará responder a las preguntas que pueda tener el presidente electo, sean las que sean”, dijo a la AFP desde Israel.
En Israel, también varios expertos han criticado el costo prohibitivo del programa: Israel ha comprado sus primeros 33 jets a un precio medio de 110 millones de dólares (103,5 millones de euros) por avión; solo el casco del piloto cuesta en torno a 380.000 euros.
Señalan que la pérdida de un solo aparato sería dramática para Israel y creen que sería más útil modernizar los aviones actualmente en servicio.
Esta compra será financiada con la ayuda militar estadounidense, que alcanzará los 38.000 millones de dólares para el periodo 2019-2028, frente a los 30.000 millones de la década precedente.
– Respuesta a ‘amenaza’ iraní –
A la llegada de los aparatos, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, en aparente alusión a Irán, señaló: “Quien quiera destruirnos pondrá su propia vida en peligro”.
Los F-35 son una respuesta a la “amenaza” que supone Irán. Estos aparatos tienen la reputación de ser capaces de pasar desapercibidos para los misiles S-300 vendidos a Irán por Rusia.
Al igual que los funcionarios israelíes, el actual secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter, presente en el lugar, subrayó el vigor de las relaciones estratégicas entre Israel y su país.
“No hay mejor símbolo del compromiso estadounidense para defender la seguridad de Israel que el F-35, el mejor avión en los cielos”, destacó.
No obstante, en la apertura este lunes de las operaciones en la bolsa de valores de Nueva York, los papeles de Lockheed Martin bajaban 3,19% en un mercado sin una tendencia definida.
Los F-35, cazas con capacidad furtiva, una joya de la tecnología, ayudarán a la fuerza aérea israelí a preservar su ventaja aérea en una región donde cuenta con muchos enemigos, empezando por Irán.
Se supone que son capaces de eludir defensas antiaéreas, por lo que “constituyen un elemento suplementario que nos permitirá mantener nuestra superioridad aérea en la región”, había proclamado el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, en un comunicado.
Estos aparatos pueden transportar todo un arsenal y volar a velocidad supersónica (unos 1.900 km/hora).
En una entrevista el domingo a la cadena de televisión estadounidense CBS, Netanyahu indicó que esperaba discutir con Trump sobre la forma de volver al acuerdo concluido entre las grandes potencias e Irán.