Los ambientalistas se preparan para combatir al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien este jueves anunció el nombramiento de un polémico defensor de empresas contaminantes para conducir la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés).
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Ya en su campaña, Trump prometió retroceder en la legislación en normas de protección del medio ambiente y en la lucha contra el calentamiento global.
Trump advirtió además que podría retirar a Estados Unidos -segundo país emisor de gases de efecto invernadero en el mundo, por detrás de China- del acuerdo global del clima de París, firmado en 2015 por 192 países.
Pero el magnate inmobiliario modificó su postura desde que ganó la elección el 8 de noviembre.
En una entrevista reciente con el New York Times, Trump insinuó que podría apoyar acuerdos globales sobre cambio climático al decir que tiene “una mente abierta”.
Como candidato, Trump se refirió al calentamiento global como un engaño, pero en la entrevista con el New York Times reconoció que había “cierta conexión” entre la actividad humana y el cambio climático.
“Algo, un poco. Depende de cuánto”, dijo el mandatario electo, agregando que seguiría preocupado por cuánto podrían “costar a nuestras compañías” las medidas ecologistas.
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Trump mantuvo el lunes una larga reunión en Nueva York con el exvicepresidente demócrata Al Gore, un ambientalista clave y líder en la lucha contra el cambio climático.
“Tuve una conversación extremadamente interesante que será continuada, y ahí lo dejo”, dijo Gore a la prensa después de hablar con Trump.
– Prepararse para la llegada de Trump –
Los ambientalistas se preparan para la llegada de Trump al poder el próximo 20 de enero, con su Partido Republicano controlando el Congreso.
“Si Trump intenta retroceder en la protección del medio ambiente y el cambio climático, se topará con una maraña de gente organizada que lo combatirá en los tribunales, en el Congreso y en las calles”, advirtió Michael Brune, director ejecutivo de Sierra Club, una de las organizaciones ambientalistas más grandes, con 2,4 millones de integrantes.
“En las tres semanas transcurridas desde la elección se ha unido más gente a Sierra Club que en todo el año (…) con 9.000 nuevos donantes al mes”, dijo Brune en una entrevista. “La gente está preocupada y enojada”.
Los temores se consolidaron aún más este jueves después que Trump confirmó el nombramiento del actual fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, para conducir la Agencia de Protección Ambiental.
La EPA, con la que Barack Obama puso en marcha medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales eléctricas de carbón, podría ser el vehículo usado por Trump precisamente para revertir las regulaciones de Obama.
En el pasado y como fiscal de Oklahoma, Pruitt actuó en defensa de empresas contaminantes y ligadas a la industria de los combustibles fósiles. Además ya procesó diversas veces a la propia Agencia que ahora presidirá, por considerar que la entidad era “activista”.
Asimismo, el jefe ejecutivo del gigante de gas y petróleo ExxonMobil, Rex Tillerson, suena como candidato para ser secretario de Estado, el jefe de la diplomacia del país.
Algunos programas de televisión han tomado la posta de la movilización ambientalista contra Trump, como John Oliver, el presentador británico del programa semanal de HBO “Last Week Tonight”.
Oliver pidió a los estadounidenses que hagan donaciones y se unan a organizaciones de protección del medio ambiente, en particular al Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRDC).
– Andanada de apoyos –
Susan Casey-Lefkowitz, encargada del programa líder de NRDC, una organización con sede en Nueva York y con 2,5 millones de miembros, dijo en una entrevista que desde la elección de Trump hubo “una verdadera andanada de apoyo, la gente nos apoya en nuestra oposición a cualquier potencial retroceso en la protección del medio ambiente”.
Casey-Lefkowitz dijo que NRDC está preparando una petición “que se presentará inmediatamente a Trump para hacerle saber que la gente no quiere ningún retroceso en la protección del medio ambiente”.
Una táctica clave sería enfocarse en la importancia de proteger la calidad del aire y el agua, objetivos ampliamente compartidos incluso por los simpatizantes de Trump, señaló.
Para May Boeve, quien encabeza el grupo de defensa del clima 350.org, la mejor manera de movilizar a la clase trabajadora de Estados Unidos que votó por Trump es “presionar por una energía 100% renovable que económicamente funcione para todos”.
“Las energías limpias siguen siendo el mayor creador de empleos en potencia en el siglo XXI mientras el cambio climático siga siendo la principal amenaza”, dijo Boeve.
La organización, sin fines de lucro y con sede en Nueva York, se “prepara para la mayor lucha de nuestras vidas”, consideró la activista, que planea una manifestación masiva en Washington cuando Trump ya esté en la Casa Blanca.