Un tribunal holandés comunicará el viernes su veredicto en el juicio por incitación al odio racial del diputado de extrema derecha Geert Wilders, cuyo partido es favorito en las elecciones legislativas de marzo, según los sondeos.
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La fiscalía requirió una multa de 5.000 euros contra Wilders por haber “prometido” menos marroquíes en Holanda en un acto electoral en 2014.
¿Quieren “más o menos marroquíes en su ciudad y en Holanda?”, preguntó en un discurso pronunciado en La Haya durante la campaña de las elecciones municipales en marzo de 2014.
“¡Menos, menos, menos!”, gritó el público, ante lo cual Wilders respondió: “Nos vamos a ocupar de ello”.
El veredicto se dará a conocer apenas tres meses antes de que millones de holandeses concurran a las urnas para elegir un nuevo Parlamento y un nuevo gobierno.
Wilders, de 53 años, es candidato a primer ministro al frente del Partido para la Libertad (PVV).
Los últimos sondeos electorales sitúan al PVV favorito, con 34 diputados de los 150 que tiene el Parlamento, o sea, 10 más que el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VDD), del primer ministro, Mark Rutte.
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En vez de perjudicarlo, el juicio por incitación al odio racial ha reforzado a Wilders, cuya popularidad ha aumentado entre los holandeses, preocupados por la crisis migratoria y cada vez más escépticos en relación a la Unión Europea.
Si gana las elecciones, Wilders, considerado como el político que se desplaza con más protección en Holanda, quiere cerrar las mezquitas, prohibir el Corán, cerrar las fronteras y expulsar a los inmigrantes oriundos de los países musulmanes.
Las declaraciones de Wilders en 2014 habían causado un escándalo nacional y provocado la presentación de 6.400 demandas judiciales por ciudadanos y organizaciones.
Durante el juicio, varios ciudadanos holandeses de origen marroquí afirmaron que se habían sentido tratados como “ciudadanos de segunda” y otros afirmaron que “los niños tienen miedo” de las declaraciones del político ultraderechista.
Geert Wilders es juzgado porque “las declaraciones racistas deben cesar”, afirmó la fiscalía.
Estas palabras “afectan profundamente la dignidad humana”, afirmó el fiscal Wouter Bos durante el proceso.
En el último día del juicio, Wilders se presentó ante los jueces para declarar que había dicho “lo que piensan millones” de personas.
“Si ustedes me condenan, condenan a la mitad de Holanda”, afirmó Wilders, que rechazó la acusación de racista.
Wilders afirmó que ni él ni los militantes de su partido eran racistas, sino “gente normal que quiere recuperar su país y que están hartos de no ser escuchados”.
“Mi derecho y mi deber de político es hablar de los problemas de nuestro país”, dijo Wilders, que denunció un juicio político que intenta silenciarlo con vistas a las elecciones legislativas.
Los expertos consideran que el juicio, y una eventual condena, fortalecen la imagen del diputado.
“Es un regalo del cielo a poco de las elecciones”, dijo Andre Krouwel, profesor de la Universidad Libre de Ámsterdam.
Si es condenado, Wilders “podrá hacer de víctima del régimen y del sistema que intentan frenarlo”, dijo Krouwel a la AFP.