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Los iraquíes casados bajo el EI deben volver ante el juez

“¿Desea tomar a Ahmad por esposo?”, pregunta un juez iraquí a Salma, que responde afirmativamente. Ante el tribunal civil de Qayarah, esta pareja que ha huido de la ciudad de Mosul trata de legalizar el certificado de boda que les proporcionó el grupo Estado Islámico (EI).

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Ahmad y Selma, de unos 20 años de edad, sellaron su unión hace un año ante un juez del EI en la ciudad norteña de Mosul, entonces controlada totalmente por los yihadistas.

Pero este matrimonio, así como todos los documentos que portan la sigla “Estado Islámico – Califato” no son reconocidos por las autoridades iraquíes. De ahí la necesidad de volver a hacer todos los trámites.

Tras su huida de Mosul, la pareja -que proporcionó nombres falsos- quiso oficializar su unión y acudió de inmediato al tribunal civil de Qayarah, una ciudad 60 km más al sur.

“Nos casamos hace un año y tengo documentos entregados por el EI, pero no son reconocidos”, cuenta Ahmad a la AFP tras la ceremonia. A su lado, tímida pero sonriente, está su mujer, vestida de negro y ataviada con un pañuelo del mismo color.

– Al fin una existencia legal –

La pareja pide que no se les hagan fotos, por temor a que los yihadistas las vean y se venguen en sus familiares, que han permanecido en zonas en Mosul bajo control de los yihadistas.

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El 17 de octubre, las fuerzas progubernamentales, ayudadas por los aviones de la coalición internacional dirigida por EEUU, lanzaron una ofensiva para reconquistar Mosul, segunda ciudad de Irak, en manos del EI desde junio de 2014.

Han logrado retomar varios sectores de la ciudad, que sigue, sin embargo, mayoritariamente en manos del EI.

Ante el tribunal instalado en un pequeño y antiguo edificio en Qayarah, decenas de personas esperan su turno. Algunas quieren oficializar su matrimonio, pero también el nacimiento de sus hijos, tras dos años pasados bajo el yugo de los yihadistas.

Abdel Aziz Ibrahim, de 25 años, originario de Qayarah, ciudad reconquistada a los yihadistas en julio, también espera su turno. “He venido para registrar mi matrimonio y “obtener un certificado de nacimiento para mi hijo Hamza, nacido bajo control de Dáesh”, acrónimo en árabe del EI, afirma.

Otra familia entra en el tribunal, junto a dos testigos, para firmar un acta de nacimiento. El pequeño Ahmed tiene al fin existencia legal. “Ahmed nació en agosto de 2014, tenía dos meses cuando Dáesh entró en nuestra ciudad”, cuenta su madre, Hamda Mahmud, de unos 30 años.

“No quisimos entonces un certificado de nacimiento, pues sabíamos que los tribunales de Dáesh no son reconocidos. Hemos esperado”, añade. “Dáesh nos ha hecho mucho daño”.

– Querella contra Dáesh –

“Aquí somos diplomados en derecho” afirma el juez en el interior del tribunal. “Rechazamos a los jueces de Dáesh”. En los dos últimos años y medio “se han parado los registros de bodas, de nacimientos y de fallecimientos en los tribunales iraquíes bajo control del EI”, explica el abogado Tarek al Juburi.

“Hoy, tras la liberación, la gente empieza a moverse” para obtener documentos oficiales, añade el letrado. El tribunal abrió hace solamente 20 días, lo que explica las largas colas.

Serhane Matar, de 56 años, quiere obtener un certificado de defunción para su hijo, “un policía asesinado por Dáesh en cuanto llegaron a Qayarah” los yihadistas. Pero lo que más desea es “pedir compensaciones para su nuera y para los hijos de su hijo, y querellarse contra Dáesh”.

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