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Para Asad, una victoria en Alepo podría cambiar el curso de la guerra

El presidente sirio, Bashar Al Asad, afirmó el miércoles que una victoria en Alepo constituiría un “gran paso” hacia el fin de la guerra en Siria, después de que sus tropas conquistaran el Casco Viejo y la mayoría de los barrios rebeldes de la segunda ciudad del país.

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Asediados y acorralados en los últimos sectores controlados por ellos en la parte este de Alepo, los rebeldes sirios solicitaron este mismo miércoles un alto el fuego inmediato de cinco días y la evacuación de civiles.

Por su parte, seis países occidentales, incluyendo Estados Unidos, Francia y Reino Unido, también solicitaron una tregua ante la “catástrofe humanitaria” de la parte oriental de Alepo.

Estos países condenaron también, en una declaración común, la actuación del régimen sirio y de sus socios extranjeros, en particular, la “obstrucción sistemática de Rusia” en los esfuerzos internacionales para poner fin a la guerra en Siria.

El proyecto de alto el fuego fue tratado por la noche en Hamburgo (Alemania) por los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa, John Kerry y Serguei Lavrov, cuyo país apoya militarmente al régimen sirio, aunque no se produjeron avances reales.

“Evidentemente, hemos hablado de la situación terriblemente difícil en Alepo y hemos intercambiado algunas ideas. Tenemos la intención de retomar el contacto [el jueves] por la mañana para ver dónde estamos”, declaró Kerry tras una reunión de una hora con su homólogo ruso.

En vista de las declaraciones de Al Asad en una entrevista con el diario sirio Al Watan que se publicará el jueves, parece que no hay muchas posibilidades de que estos llamados a la tregua puedan tener éxito.

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“Sobre el terreno [en Alepo], no hay tregua” hoy, dijo Asad. “Es verdad que Alepo será una gran victoria para nosotros pero seamos realistas, eso no significará el fin de la guerra. Pero será un gran paso hacia ese final”, dijo.

Para Al Asad, una derrota de los rebeldes “marcará un giro en la guerra”, pues Alepo es el principal frente de este conflicto, que ha dejado desde marzo de 2011 más de 300.000 muertos y obligado a más de la mitad de la población a abandonar sus hogares.

El avance de las tropas gubernamentales en lo que era uno de los principales bastiones rebeldes provocó el éxodo de 80.000 civiles desde el inicio de la ofensiva el 15 de noviembre pasado, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

– Situación desgarradora –

El ejército sirio entró en el casco viejo luego de ocupar los barrios adyacentes de Bab al Hadid y Aqyul, al este de la célebre ciudadela que estuvo siempre en manos del gobierno.

El avance del ejército, secundado por combatientes procedentes de Irán y el Líbano, es apoyado por intensos bombardeos aéreos contra las zonas aún controladas por los rebeldes, entre ellas, el barrio de Al Zabdiya, indicó el OSDH.

Según el geógrafo especializado en Siria, Fabrice Ballanche, los rebeldes sólo controlarían 10 km2 del este de Alepo (de un total de 60 km2).

Los soldados prorrégimen recuperaron también tres barrios próximos al casco viejo –Bab al Nayrab, Maadi y Marjé– y, según un corresponsal de la AFP, las últimas zonas que seguían en manos de los rebeldes estaban siendo sometidas a intensos bombardeos.

Acorralados en los sectores del sur, los rebeldes reclamaron que los civiles que “deseen abandonar el este de Alepo” puedan trasladarse “al norte de la provincia de Alepo”, donde los insurgentes todavía controlan sectores.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, juzgó “desgarradora” la situación de los civiles en Alepo, tras haber solicitado, él también, que se decrete un alto el fuego.

A medida que avanzan las tropas gubernamentales, aumenta el número de personas que huyen del este de Alepo, donde residían unos 250.000 habitantes.

– Doce muertos en el oeste de Alepo –

Unos 80.000 habitantes se refugiaron en los barrios gubernamentales del oeste de la ciudad o en las zonas controladas por las milicias kurdas, indicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.

No hay cifras de los habitantes que se desplazaron a los barrios en manos rebeldes.

“No pudimos dormir, la situación es muy difícil”, dijo a la AFP Oum Abdu, una mujer de 30 años que abandonó el barrio de Bab al Hadid con su marido y sus cinco hijos.

“Los últimos cuatro días fueron agotadores”, agregó mientras esperaba para subir a un autobús del gobierno y ser trasladada a un campo de desplazados.

Tras el inicio del sitio en julio pasado, “la subida de los precios era increíble. Era muy difícil conseguir leche o pañales para mi bebé de ocho meses. Felizmente la gente se ayudó”, cuenta Hasan Atlé, procedente del barrio de Bayada.

Al menos 369 civiles murieron, entre ellos 45 niños, en el este de Alepo desde el inicio de la ofensiva, según el OSDH.

En las zonas gubernamentales del oeste, atacadas por la artillería rebelde, murieron 92 civiles, entre ellos 34 niños.

Según un responsable gubernamental local, 12 personas, incluidos siete niños, fallecieron el miércoles en el oeste de Alepo, víctimas de los disparos de los rebeldes.

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