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Las fuerzas del régimen sirio y sus aliados avanzaban rápidamente el martes en el este de Alepo, controlando ahora más de tres cuartas partes de esta zona, en manos de los insurgentes desde hace cuatro años.
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Mientras las fuerzas progubernamentales avanzan de forma inexorable en la parte oriental de Alepo, principal frente del conflicto, Moscú y Washington se acusan recíprocamente de bloquear cualquier intento para poner fin a los sangrientos combates.
Tres semanas después del inicio de su gran ofensiva para reconquistar la totalidad de Alepo, las fuerzas del régimen, apoyadas por combatientes iraníes y libaneses del Hezbolá, consiguieron conquistar una decena de barrios rebeldes en estos últimos días.
El martes, se apoderaron del importante barrio de Shaar, y de otros siete distritos, situados en la parte central de Alepo-Este, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Shaar “es el barrio residencial más importante del corazón de Alepo-Este”, según el director de esta oenegé, Rami Abdel Rahman.
Con su pérdida, “los rebeldes quedarán arrinconados en la parte sudeste (de Alepo) y el régimen podrá acentuar la guerra de usura” contra ellos, según él.
Asfixiados por la potencia del fuego del régimen, que avanza a golpe de bombardeos, barriles de explosivos y disparos de obuses, los insurgentes se encuentran confinados en el sector meridional de Alepo-Este, con miles de familias asediadas.
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El régimen controla ahora más del 75% del este de la ciudad.
– Diálogo de sordos –
La canciller alemana, Angela Merkel, calificó este martes de vergonzosa la incapacidad de la comunidad internacional para ayudar a la que fuera otrora capital económica de Siria.
“Alepo es una vergüenza (…), que no hayamos logrado establecer corredores humanitarios, pero debemos seguir luchando”, dijo.
El lunes Moscú anunció próximas conversaciones entre rusos y estadounidenses en Ginebra, previstas el martes o miércoles, para tratar la evacuación de los rebeldes de Alepo.
Pero la reunión fue anulada debido a las divergencias entre las dos potencias.
Estados Unidos se niega a hablar “seriamente” de Alepo, epicentro de la guerra en Siria, acusó este martes el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
Su homólogo estadounidense John Kerry, cuyo país respalda a las fuerzas opositoras a Asad, desmintió las acusaciones y abogó por reactivar las negociaciones entre el régimen y la oposición.
“Rusia dice que Asad está dispuesto a venir a la mesa (de negociaciones) y yo soy partidario de intentarlo, incluso si Alepo cae”, dijo Kerry, que debería reunirse con Lavrov el miércoles o el jueves en la ciudad alemana de Hamburgo, donde tendrá lugar una reunión anual de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
El lunes, en el Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia vetó, junto a China, una resolución que pedía una tregua de al menos siete días en Alepo.
El gobierno de Damasco afirmó este martes que rechaza cualquier tregua en Siria si no hay una retirada de todos los rebeldes de la ciudad.
“Siria no dejará a sus ciudadanos del este de Alepo como rehenes de los terroristas y hará todo lo posible para liberarlos”, indicó un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores.
“Por tanto rechaza cualquier intento” de “instaurar un alto el fuego en Alepo Este que no prevea la salida de todos los terroristas”, indicó el comunicado.
– Una victoria para el régimen –
Una salida de los rebeldes de Alepo supondría una victoria para el régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, pues los rebeldes perderían así su principal bastión en Siria, y solamente conservarían el control de la vecina provincia de Idlib y de algunos sectores cerca de Damasco y en el sur.
Para aumentar la presión contra los rebeldes, el régimen y su aliado ruso multiplicaron estos últimos días sus ataques aéreos contra sus feudos en Idlib, en el noroeste, donde el martes murieron 25 civiles, según el OSDH.
Se desconoce el número de rebeldes muertos desde el comienzo de la última ofensiva. Pero desde entonces al menos 341 civiles han muerto, entre ellos 44 niños, mientras que más de 50.000 de los 250.000 habitantes de Alepo Este han huido, según el OSDH.
Además, 81 personas, entre ellas 31 niños, perecieron en los barrios gubernamentales de Alepo, por disparos rebeldes, que también provocaron la muerte de dos médicos rusos que trabajaban en un hospital de campaña, según Moscú.