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Con la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y el avance del movimiento extremista “alt-right”, una organización racista nacida hace 150 años sueña con su propia era de renacimiento: el Ku Klux Klan (KKK).
De hecho, de acuerdo con información de AFP, el grupo ha convocado a una marcha este sábado.
“La cifra de nuestros miembros aumenta cada día (…) Recibimos más de mil pedidos de información desde las elecciones“, afirma Gary Munker, quien se identifica como portavoz del movimiento en el país norteamericano.
Munker, al igual que David Duke, exlíder del KKK que apoyó a Trump durante su campaña, afirma que “se dejó seducir” por el discurso del magnate estadounidense, especialmente por su postura contra los inmigrantes.
Vestido con una túnica y una capucha blanca, asegura que la rama del grupo a la cual pertenece, los “Loyal White Knights” (“Leales Caballeros Blancos“, por su traducción al español) cuenta con unas 700 personas en Long Island y mil 200 en todo el estado de Nueva York.
En redes sociales se informó también de columnas de vehículos con banderas confederadas (asociadas con la esclavitud y el racismo) transitando en las calles de Roxboro.
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Lejos de las cruces en llamas que forjaron la reputación del Ku Klux Klan en el pasado, Carla Hill, investigadora del Centro sobre el extremismo de la Liga Antidifamación, asegura que la distribución de folletos es hoy la “primera actividad” del grupo.
Pero las últimas cifras disponibles, dijo, no sugieren ningún resurgimiento del movimiento. Y aunque se concrete la supuesta reunión del sábado, Hill apunta que esta no atraerá a muchos manifestantes, ya que las últimas convocatorias del grupo no superaron las decenas de personas.
Sin embargo, el especialista Mark Poverty, del Southern Poverty Law Center, la victoria de Trump ciertamente “abrió un espacio político que les permite presentar sus ideas como legítimas“, cuando “desde hace 50 años no son tomadas en serio“.