El juicio al ugandés Dominic Ongwen, que pasó de ser un niño soldado a jefe de guerra del sanguinario Ejército de Resistencia del Señor (LRA) de Joseph Kony, se inicia el martes ante la Corte Penal Internacional (CPI), que determinará si es más criminal o víctima.
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Ongwen, hoy de unos 40 años, es el primer exniño soldado acusado ante la CPI.
Debe responder por 70 crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por su papel en la milicia que, según la ONU, masacró a más de 100.000 personas y secuestró a 60.000 niños desde su creación en 1987.
Hijo de dos profesores, Dominic Ongwen fue secuestrado a la edad de 10 años, cuando volvía del colegio.
En esa época, Joseph Kony dirigía el LRA (por sus siglas en inglés) y, con una mezcla de mística religiosa, técnicas de guerrilla y sanguinaria brutalidad, intentaba fundar un régimen basado en los diez mandamientos.
Sus víctimas han relatado los brutales ritos iniciáticos de la milicia, en los que se obligaba a los reclutados por la fuerza a golpear hasta la muerte a amigos y familiares, o a beber sangre.
Es muy probable que el propio Ongwen fuera sometido a esos actos.
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Pese a su juventud, el hoy acusado destacó por su lealtad en el crimen, su valentía en el combate y sus cualidades tácticas.
Subió rápidamente en la jerarquía de la milicia y se convirtió en jefe de una de las cuatro brigadas del LRA, Sinia.
El martes, el exjefe de guerra deberá declararse culpable o no culpable ante el tribunal y los representantes de 4.109 víctimas. La audiencia se reanudará luego en enero.
En Uganda, miles de personas seguirán en directo, en salas de colegio o en tiendas montadas para la ocasión, al juicio transmitido por televisión.
– Esposa a los 10 años –
La fiscal acusa a Ongwen de haber llevado a cabo u ordenado ataques “sistemáticos y generalizados” contra civiles en cuatro campos de refugiados considerados simpatizantes del presidente Yoweri Museveni.
También se le acusa de reclutar a niños soldados y, por primera vez, de provocar “embarazos forzados”.
Las víctimas eran golpeadas o brutalmente asesinadas.
Los niños y niñas eran secuestrados para convertirse en soldados o en “esposas”, “distribuidas a los soldados como botines de guerra”, indica la fiscalía en un documento oficial.
El propio acusado presuntamente tuvo al menos siete “esposas”. Una de ellas tenía 10 años cuando fue violada por primera vez. Según las pruebas ADN, es padre de al menos 11 niños.
La defensa alegará que fue obligado a todo ello, o aducirá un potencial síndrome postraumático debido a su pasado de niño soldado, adelantó a la AFP Thomas Obhof, uno de los abogados de Ongwen.
Los crímenes fueron cometidos siguiendo órdenes de Joseph Kony y sus consejeros, añadió el abogado, y subrayó que Ongwen “se hallaba bajo la amenaza permanente de una inminente muerte”.
– ¿Víctima o criminal? –
La fiscalía se enfrenta a este dilema: ¿Puede Dominic Ongwen ser legalmente responsable de crímenes “que jamás habría cometido de no haber sido antes él mismo una víctima”?
Para la fiscal, la respuesta la tienen que dar los jueces: “No hemos retenido contra él los crímenes cometidos antes de sus 15 años, solamente los perpetrados cuando fue adulto”, afirmó recientemente en una entrevista con la AFP.
Sea cual fuere el veredicto, el caso sin duda sentará jurisprudencia.
Actualmente, el LRA -que al parecer apenas cuenta con unos 150 hombres diseminados en pequeños grupos- se esconde en las selvas de África central, acosado por los ejércitos locales con la ayuda de tropas estadounidenses.