China lanzó una advertencia a Donald Trump tras su conversación telefónica con la presidenta de Taiwán, contrariando el principio de “una China”, aunque los analistas descartan mayores consecuencias y atribuyen el desliz a la inexpericencia del presidente electo de Estados Unidos.
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“Hemos transmitido una protesta solemne a la parte estadounidense correspondiente. Hay que insistir en el hecho de que sólo existe una China y que Taiwán es parte inalienable del territorio chino”, zanjó en un comunicado el ministerio chino de Relaciones Exteriores.
La formulación refleja una clara irritación: en efecto, el presidente electo de Estados Unidos violó 40 años de cauta política estadounidense al aceptar hablar por teléfono con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, que llamó al magnate para felicitarlo.
Durante la conversación, Trump y Tsai Ing-wen “mencionaron los estrechos lazos económicos, políticos y de seguridad entre Taiwán y Estados Unidos”, indicó el equipo de transición del futuro inquilino de la Casa Blanca.
“El presidente electo Trump también congratuló a la presidenta Tsai por convertirse en presidenta de Taiwán este año”, agregó.
Washington cortó relaciones diplomáticas con la isla en 1979 y reconoce a Pekín como el único gobierno de “una China”, aunque mantiene amistosos lazos no oficiales con Taiwán.
Taiwán está de hecho separado de la China comunista y dotado de un gobierno independiente desde 1949, aunque Pekín considera que la isla forma parte del territorio nacional.
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“El gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo representante de China. Es un hecho reconocido por la comunidad internacional y el fundamento político de las relaciones sino-estadounidenses”, reitera el comunicado del ministerio chino de Exteriores.
Poco antes, este sábado por la mañana, el ministro chino de Exteriores pareció culpar más bien del incidente a Taiwán.
“No es más que una baja maniobra urdida por Taiwán, que sencillamente no puede cambiar el marco de una sola China ya integrado por la comunidad internacional”, dijo Wang Yi al canal de Hong Kong Phoenix TV.
“No creo que cambie la política adoptada desde hace años por Estados Unidos”, añadió.
La Casa Blanca se apresuró a reafirmar su “firme compromiso” con ese principio de una sola China. “No hay ningún cambio en nuestra política tradicional”, indicó a la AFP Emily Horne, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
– Inexperiencia de Trump –
“Es una estratagema muy inteligente de Tsai. Como Trump no es aún presidente, no hay necesariamente ningún problema jurídico”, observa Jin Canrong, codirector del Instituto de relaciones internacionales de la Universidad del Pueblo de Pekín.
“Esta llamada es muy reveladora” de las ambiciones de la presidenta de Taiwán, que pertenece a un partido con posiciones tradicionalmente independentistas y que desearía una “oposición más franca” de Washington ante China, afirma a la AFP.
Sin embargo, según los expertos, parece improbable un cambio en la política del futuro presidente norteamericano hacia China.
“Por la forma en que Trump reaccionó llamando a Tsai ‘presidenta’, se ve que actúa a la ligera y que no conoce mucho sobre el caso de Taiwán”, asegura Jin.
Trump defendió poco después su actitud en una serie de tuits.
“La presidenta de Taiwán ME LLAMÓ hoy para felicitarme por ganar la Presidencia. ¡Gracias!”, escribió Trump en un primer tuit.
Una hora después, volvió a escribir: “Es interesante que EEUU venda a Taiwán miles de millones de dólares en equipos militares pero yo no debo aceptar una llamada de felicitaciones”.
El partido opositor taiwanés, el Kuomitang, que aboga por acercarse a Pekín, manifestó su inquietud antes esta “sorpresa” diplomática.
– Esperar y ver –
Para Zhang Wensheng, director de estudios taiwaneses de la Universidad de Xiamen, China mantendrá una posición de espera hasta la instalación de Donald Trump en la Casa Blanca, el 20 de enero.
Luego, dada la impetuosa personalidad del magnate, “no se pueden excluir algunos ajustes”, admite sin embargo.
Trump podría en efecto, por interés económico, “vender más armas estadounidenses a Taiwán”, ya que “su mentalidad de empresario lo empuja a tener más beneficios”, asegura el experto.
En este sentido, Estados Unidos cumple con su promesa de garantizar la seguridad de Taiwán y para ello le sigue proporcionando equipos militares, ante la indignación de Pekín.