François Fillon, candidato de la derecha francesa para las elecciones presidenciales de 2017, reconoce su admiración por la ex primer ministra británica Margaret Thatcher, pero también se compara con el excanciller socialdemócrata alemán Gerhard Schröder, aunque esto pueda desorientar a sus electores.
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Durante las primarias de la derecha, en las que venció con una amplia ventaja, Fillon no escondió su admiración por Thatcher y su ultraliberalismo económico.
Pero, según Pierre Gattaz, presidente de la mayor patronal francesa, el Medef, el programa del candidato está más cerca de Schröder que de Thatcher.
A Fillon no le desagradan estas comparaciones, incluso las reivindica. “Me gusta que me comparen con Thatcher (… y con) Schröder”, declaró a principios de noviembre. De hecho, espera “dejar una huella histórica tan fuerte” como la de la ‘Dama de Hierro’.
En los años 1980, la mandataria privatizó áreas enteras de la economía británica, desmanteló los sectores menos eficaces y desreguló los mercados financieros.
Schröder fue, por su parte, el hombre de la liberalización del mercado laboral en Alemania. Redujo la duración de la prestación por desempleo y creó los llamados ‘mini-jobs’, unos empleos poco remunerados.
“Seguramente haya elementos de ambos en [el] programa” de Fillon, opina Catherine Mathieu, investigadora del Observatorio Francés de las Coyunturas Económicas (OFCE), que considera, no obstante, “que el vínculo ideológico con Thatcher es mucho más obvio”.
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Una opinión compartida por Antoine Bozio, director del Instituto de las Políticas Públicas (IPP). “Margaret Thatcher pensaba que su país estaba en quiebra, venido a menos, y que se necesitaban medidas impopulares para cambiar la situación. Esto es algo que también encontramos en François Fillon”, estima.
– Doble herencia –
Gasto público, reformas fiscales, derecho laboral: el programa de Fillon, que prometió una “ruptura” económica a sus votantes, refleja esta doble herencia.
El candidato derechista se comprometió a suprimir la duración legal de la semana de trabajo -actualmente 35 horas- y a simplificar drásticamente el código laboral. Unas medidas que recuerdan las que llevó a cabo Schröder entre 1998 y 2005 en Alemania.
También prometió pasar la edad de la jubilación de 62 a 65 años, limitar el monto de las prestaciones por desempleo y retirar el subsidio a los parados que rechacen dos empleos considerados “razonables”.
Unas propuestas que recuerdan tanto a Thatcher como a Schröder, que redujo la duración de la indemnización por desempleo de 26 a 12 meses, obligó a los parados a aceptar determinados empleos y fijó la edad de jubilación en 65 años.
Bozia considera, sin embargo, que el parecido con el exdirigente alemán se reduce al ámbito del mercado laboral y señala que la influencia de Thatcher es mayor en todo lo relacionado con el gasto público y la fiscalidad.
Fillon anunció, además, un recorte de gastos de 100.000 millones de euros en cinco años, la supresión de 500.000 puestos de funcionarios y la privatización de empresas en casos en que la presencia del Estado “sea inútil”.
Unas propuestas que recuerdan el famoso “menos Estado” defendido por la ‘Dama de Hierro’.
El candidato de la derecha quiere reducir en 40.000 millones de euros las cargas empresariales y aumentar el impuesto sobre el valor añadido del 20 al 22%. “Una vez más, éso es lo que hizo Thatcher”, dice Mathieu.
Esta experta en economía británica ve otra similitud entre Thatcher y Fillon. Este último está dispuesto a “pasar por encima de los sindicatos”, en lugar de negociar con ellos, como hizo Schröder.
“Los compromisos sociales llevan a callejones sin salida. Estoy preparado para las tensiones, creo que son necesarias”, avisó.