Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), surgidas de los “barbudos” de Fidel Castro que tomaron el poder en Cuba en 1959, son un pilar militar, económico y político clave para la supervivencia del Gobierno de su hermano Raúl.
PUBLICIDAD
Ministro de las FAR durante 49 años, hasta que en 2008 asumió formalmente la presidencia de Cuba, Raúl Castro -cinco años menor que Fidel y único general de cuatro estrellas- considera “natural” el gran peso que tienen los militares en la isla, pues del Ejército Rebelde salió el Partido Comunista de Cuba y toda la armazón política cubana.
Las FAR “nunca renunciarán a cumplir” el papel de “servicio de la defensa del pueblo, del Partido, de la Revolución y el Socialismo”, dijo Raúl Castro en el VI Congreso comunista.
De 1961 a 1989, mientras la Unión Soviética era el sostén de Cuba, las FAR recibieron armamento por 30.000 millones de dólares. Pero. desde que se desplomó el bloque, bajaron de 300.000 a unos 50.000 hombres.
Para subsistir, crearon su propia industria militar y entraron en los negocios. Sus empresas han fabricado o modernizado fusiles, proyectiles, minas, helicópteros, aviones, carros de combate, tanques y radares; y adoptaron el llamado modelo de “perfeccionamiento empresarial” de rentabilidad, eficiencia y control, que se fue extendiendo al sector civil.
Raúl nombró como su relevo en las FAR al general Julio Casas Regueiro, que antes administraba los negocios y la economía militar. Cuando éste falleció, en septiembre de 2011, designó al general Leopoldo Cintra Frías, héroe de las campañas en Etiopía y Angola.
Un yerno de Raúl, el general Luis Rodríguez, es presidente ejecutivo del Grupo de Administración Empresarial de las FAR y es considerado uno de los cerebros de la reforma económica que impulsa el presidente. Fue incorporado al Comité Central en el Congreso del Partido.
PUBLICIDAD
Los militares incursionaron en negocios en los sectores de comunicaciones, agricultura, transporte, azúcar y turismo, segunda mayor fuente de divisas que opera a través de la Corporación Gaviota, un gigante con más de 40 hoteles y villas, cuatro marinas, una línea aérea, una cadena de tiendas y empresas de alquiler de automóviles.
– Golpeadas por el ‘caso Ochoa’ –
Las FAR están formadas por una pequeña Marina de Guerra -con lanchas torpederas y caza submarinos-, la Defensa Antiaérea -con aviones caza MIG, cohetes y artillería antiaérea- y el Ejército.
Cumplieron campañas internacionales de envergadura, la principal en Angola. en las décadas de 1970 y 1980, donde llegaron a tener 50.000 hombres en momentos cruciales de la guerra. También estuvieron en Etiopía y otra docena de países africanos.
Pero fueron golpeadas por el polémico caso del general Arnaldo Ochoa, jefe del cuerpo expedicionario en Angola, y otros tres altos oficiales fusilados en 1989, acusados de narcotráfico, tráfico de marfil y piedras preciosas.
Aunque algunos analistas las consideran obsoletas, las FAR pueden ser apoyadas en caso de guerra por miles de hombres del Ejército Juvenil del Trabajo, más de un millón de las Milicias de Tropas Territoriales, o 3,5 millones de las Brigadas de Producción y Defensa.
Bajo la doctrina de la ‘Guerra de Todo el Pueblo’, las FAR se prepararon para enfrentar con pequeñas escuadras móviles una hipotética invasión de EEUU, el mayor enemigo de Cuba hasta la histórica reconciliación entre ambos países, en 2014.