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El partido eurófobo británico UKIP, que está sumido en una crisis sucesoria y afronta una investigación sobre su utilización de fondos europeos, conocerá el lunes el nombre del sustituto de su líder Nigel Farage.
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Hay tres candidatos para el puesto: el ex jefe adjunto Paul Nuttall, el favorito; la ex vicepresidenta Suzanne Evans y John Rees-Evans, un soldado retirado.
Nuttall dice ser el único capaz de “unir” un partido dividido por luchas internas desde que Farage decidió ceder las riendas del UKIP, tras la victoria del Brexit en el referéndum de junio. Un triunfo en el que esta formación desempeñó un papel clave.
Lejos de pensar en la jubilación, Farage encontró una nueva vocación al apoyar al republicano estadounidense Donald Trump en su conquista de la Casa Blanca. Y parece haberse convertido en el mejor amigo británico del presidente estadounidense electo quien, desdeñando los usos diplomáticos, declaró que sería “un excelente” embajador en Estados Unidos.
Farage se tomó con humor la declaración de Trump: esta semana, en una velada organizada en el hotel Ritz, recibió a sus invitados con una bandeja de Ferrero Rocher, en referencia a un famoso anuncio que alaba los bombones en “las recepciones del embajador”.
Este año ha sido el de “una gran revolución política”, dijo a sus invitados, en alusión a la victoria del Brexit y la elección de Trump.
Su exuberancia no logra, sin embargo, esconder la crisis que atraviesa su partido que, lejos de aprovechar el éxito del referéndum del 23 de junio, se ha mostrado incapaz de gestionar la era post-Farage.
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– UKIP ‘ingobernable’ sin Farage –
Diane James, elegida en septiembre para suceder a Farage, abandonó el cargo menos de tres semanas después, al carecer, según ella, del pleno apoyo de sus compañeros. El lunes anunció que abandonaba el partido, debido a las relaciones “cada vez más conflictivas” que mantenía con sus miembros.
Steven Woolfe, que llegó a ser favorito para suceder a Farage, también dejó la formación en octubre, poco después de un altercado con otro eurodiputado del UKIP en los pasillos del Parlamento Europeo en Estrasburgo. Un incidente por el que tuvo que ser hospitalizado.
“He llegado a la conclusión de que el UKIP es ingobernable sin Nigel Farage para dirigirlo y la causa del referéndum para unirlo”, explicó.
Tras esas deserciones, y las de Amjad Bashir y Janice Atkinson poco antes, el UKIP pasó de 24 a 20 eurodiputados.
El partido afronta, además, acusaciones sobre el supuesto uso de fondos europeos para financiar sus campañas para las legislativas de mayo de 2015 y el referéndum sobre el Brexit.
La oficina del Parlamento Europeo reclamó el reembolso de 421.000 euros, y la comisión electoral británica acaba de anunciar la apertura de una investigación sobre este caso.
Bajo el liderazgo de Farage, el UKIP se ha convertido en la tercera fuerza política de Reino Unido, obteniendo el voto de 3,8 millones de electores (el 12,6%) en las últimas legislativas. Pero, a pesar de ese resultado, sólo pudo conseguir un diputado, Douglas Carswell.
El futuro líder, además de supervisar el proceso del Brexit, deberá conquistar nuevos votantes.
Suzanne Evans, experiodista en la radio BBC, aseguró que el UKIP tendrá que seducir más a las mujeres y las minorías para lograr su objetivo.