Un total de 32 cadáveres, entre ellos el de una mujer, y nueve cabezas fueron exhumados en fosas clandestinas de un cerro del estado mexicano de Guerrero (sur), zona de cultivo de amapola con enfrentamientos “sin tregua” entre narcotraficantes, informó el jueves el Gobierno regional.
PUBLICIDAD
“Terribles los hallazgos”, dijo el portavoz de seguridad del Gobierno de Guerrero, Roberto Álvarez, al referirse a las exhumaciones efectuadas entre el martes y jueves en casi una veintena de fosas halladas en el Cerro Tenanchitla del poblado de Pochahuixco, municipio de Zitlala.
“Finalizaron las excavaciones en (…) fosas clandestinas, de las que se recuperaron 32 cuerpos y 9 extremidades cefálicas”, que fueron transportadas a Chilpancingo, la capital de Guerrero, para el proceso de identificación, reportó Álvarez en un comunicado. Ninguna persona ha sido detenida hasta el momento.
– Cabezas en una hielera –
Los cadáveres pertenecen a 31 hombres y a una mujer y su hallazgo fue producto de una llamada anónima a la base de seguridad del Ejército y la policía estatal en la que se denunció que en el cerro había un “campamento donde había personas privadas de su libertad”, dijo a AFP Álvarez.
Al llegar al sitio, los uniformados encontraron una persona secuestrada, una camioneta, un automóvil, una motocicleta, chalecos antibalas y una hielera con cuatro cabezas, que podrían estar relacionadas con nueve cadáveres encontrados en el poblado de Tixtla en días pasados, dijo Álvarez.
Fue entonces cuando los peritos de la fiscalía comenzaron los rastreos que derivaron en el hallazgo de un total de 17 fosas clandestinas.
PUBLICIDAD
Los 32 cadáveres exhumados tenían “distintos grados de descomposición, algunos ya estaban momificados”, precisó Roberto Álvarez.
Aunque todas las tumbas ilegales descubiertas ya fueron excavadas, el Ejército continúa haciendo recorridos en la zona en busca de indicios que permitan la localización de más fosas, añadió el comunicado.
En medio de la violencia desatada por el narcotráfico en México, se han registrado hallazgos de tumbas ilegales en varios puntos del país, una forma que usan los capos para deshacerse de sus víctimas.
El fin de semana pasado en Guerrero fueron asesinadas al menos 24 personas. Solo la noche del domingo se encontraron los cuerpos de nueve hombres con visibles huellas de tortura, en un paraje carretero que lleva de Tixtla al poblado de Atliaca, en la región central de Guerrero.
El portavoz de seguridad de Guerrero dijo que en la zona del municipio de Zitlala hay una confrontación entre los relativamente nuevos cárteles de drogas llamados Los Ardillos y Los Rojos.
“Guerrero vive el desafío de una delincuencia que se traduce en grupos delictivos que se enfrentan entre sí por el control del territorio”, expresó el portavoz.
– Zona de los 43 estudiantes desaparecidos –
“En una buena zona del territorio de Guerrero hay cultivos de amapola (…) de la que sale la heroína que se ha convertido en una moda en el mercado de Estados Unidos, esto ha hecho que exista un combate sin tregua entre las distintas bandas delictivas”, reconoció Roberto Álvarez.
Cerca de Zitlala está el municipio de Iguala, donde fueron vistos por última vez el 26 de septiembre de 2014 los 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, después de ser baleados y detenidos por policías corruptos que los habrían entregado al cártel Guerreros Unidos, que a su vez, según la investigación oficial, los asesinaron e incineraron para después arrojar sus restos calcinados y triturados a un río.
Uno de los grupos antagónicos de Guerreros Unidos son Los Rojos, según las autoridades.
En la zona de Zitlala “hay muchas ejecuciones, muchos levantones (secuestros)”, concluyó el vocero.