Un atentado reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) se ha saldado este jueves con al menos 70 peregrinos chiitas muertos al sur de Bagdad, en un nuevo ataque desde el inicio de la ofensiva contra Mosul para expulsar a los yihadistas de su feudo.
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Un camión bomba con 500 litros de nitrato de amonio ha estallado en una gasolinera llena de autocares que volvían de una importante fiesta religiosa en la ciudad santa chiita de Kerbala, en el suroeste, según los servicios de seguridad.
“Al menos 70 personas han muerto, incluidos al menos diez iraquíes y, el resto, iraníes”, declaró a la AFP Falah al Radhi, jefe de seguridad del consejo provincial de Babilonia, donde tuvo lugar el atentado.
El ataque se produjo en la localidad de Shomali, a 120 kilómetros de la capital iraquí y a 80 kilómetros de Kerbala.
El grupo yihadista EI ha confirmado que un kamikaze “hizo estallar su vehículo en la concentración [de peregrinos], causando más de 200 muertos y heridos, incluidos iraníes”, en un comunicado citado por el centro estadounidense de vigilancia en línea de yihadistas, SITE.
“Hay cuerpos completamente calcinados en el lugar”, explicó Falah al Radhi, al mismo tiempo que unas imágenes en las redes sociales mostraban restos esparcidos por la autopista que une Bagdad con la ciudad portuaria de Basora (sur).
Entre 17 y 20 millones de musulmanes chiitas, entre ellos tres millones de iraníes, peregrinaron el lunes a Kerbala, a 80 kilómetros al sur de Bagdad, para conmemorar el Arbain, el final de los 40 días de luto por la muerte del imán Husein.
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Esta gran celebración del calendario chiita fue organizada bajo fuertes medidas de seguridad, tras haber sido el objetivo de varios ataques del EI en los últimos años.
El grupo yihadista sunita ha reivindicado varios atentados en Irak desde el inicio de la ofensiva lanzada el 17 de octubre por las fuerzas gubernamentales para reconquistar Mosul, la gran ciudad del norte convertida en su feudo en junio de 2014.
Las fuerzas progubernamentales tienen actualmente a la organización extremista casi cercada en su bastión iraquí.
En los últimos días, las fuerzas iraquíes han cortado varias vías de acceso en torno a Mosul, especialmente hacia el este, en dirección a la frontera con Siria, donde los yihadistas controlan la ciudad de Raqa, a unos 400 kilómetros de distancia.
Las tropas paramilitares de al Hashd al Shaabi (‘Fuerzas de Movilización Popular’) han conseguido aislarles al cortar la carretera Tal Afar-Sinjar, que une Mosul con Siria.
Las fuerzas de élite han ganado este jueves terreno en el este de Mosul, pese a una dura resistencia del EI, que amenaza siempre con complicar la ofensiva iraquí, lanzada hace cinco semanas.
Man al Sadi, comandante del Servicio de Contraterrorismo iraquí (CTS), declaró a la AFP, cerca del frente en Mosul, que sus soldados están peleando contra el grupo EI en el barrio de Al Jadra de la ciudad, tras haber tomado el de Aden.
“No pueden huir; tienen dos opciones: o rendirse o morir”, dijo.
El CTS asegura haber tomado el control de más del 40% de los barrios del este de la ciudad.
– ‘Combate brutal’ –
La coalición liderada por Estados Unidos también bombardeó el miércoles varios puentes sobre el río Tigris, que divide Mosul en dos partes, reduciendo notablemente la capacidad de los yihadistas para abastecer su frente este.
Un viejo puente, de la época británica, que no puede ser utilizado por vehículos pesados, es el único que permanece en pie en la ciudad.
La consecuencia es que los combatiente yihadistas de Mosul -entre 3.000 y 5.000, según las estimaciones estadounidenses- “no pueden ir a ninguna parte, no pueden abastecerse ni enviar refuerzos”, afirma a la AFP el coronel estadounidense John Dorrian, un portavoz de la coalición.
“El avance de los iraquíes en el sur y sureste de la ciudad se acelera, es una buena evolución” comentó.
Entretanto, al norte y al sur de Mosul, los peshmergas (combatientes kurdos) y otras tropas se acercan a la ciudad y a su aeropuerto.
Pese a todo, la ofensiva para reconquistar Mosul está lejos de haber terminado.
“Es un combate extremadamente duro, brutal, pero es inevitable, y los iraquíes van a pelear”, indicó el militar norteamericano.
En efecto, en Mosul los combatientes islamistas oponen una resistencia encarnizada, con ataques suicida, coches bomba, francotiradores y explosivos.
Además, disponen de una gran red de túneles subterráneos que les permite desplazarse furtivamente.
Ahora queda por conquistar la parte oeste de la ciudad, donde se concentra la mayor parte de los bastiones yihadistas.
Sin embargo, las estrechas calles de estos barrios prometen complicar sin duda los desplazamientos de los blindados de las tropas gubernamentales.