La organización Save the Children denunció este miércoles como un “escándalo moral” la muerte de niños y el sufrimiento al que están sometidos los menores en Alepo, uno de los principales frentes de batalla de la guerra en Siria.
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El régimen de Bachar al Asad lanzó el 15 de noviembre una nueva ofensiva sobre la ciudad, con el objetivo de arrebatar a los rebeldes los barrios del este de la antigua capital económica del país.
“Los niños y los trabajadores humanitarios son bombardeados cuando están (…) en la escuela o cuando buscan asistencia en los hospitales, que también son blanco de los ataques”, denunció la encargada de la organización para Siria, Sonia Khush.
“Es escandaloso desde el punto de vista moral que el balance de muertos entre los niños no cese de crecer y esto no puede sino empeorar, dada la falta de acciones llevadas a cabo (…) para impedir los bombardeos”, indicó.
Los últimos hospitales que todavía están funcionando fueron seriamente dañados en los últimos días a causa de los bombardeos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya no queda ningún hospital en servicio en el este de Alepo, la parte de la ciudad controlada por los rebeldes, que está sitiada desde julio, donde viven 250.000 personas.
Entre las víctimas mortales de los bombardeos del fin de semana hay una empleada de una escuela apoyada por la organización.
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Maram, de 27 años, fue encontrada bajo los escombros junto a su hijo Abdalá, de siete años. Save the Children denunció que en los últimos días las clases en 13 escuelas del este de Alepo tuvieron que ser suspendidas.
Los ataques contra las escuelas en el este de la ciudad han mostrado que “no hay ningún lugar seguro para los niños en este conflicto”.
La organización hizo un llamamiento para que se establezca un cese el fuego coordinado con la comunidad internacional para permitir el envío de ayuda humanitaria al este de Alepo y la evacuación de los heridos y de los enfermos.