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El papa Francisco extendió este lunes de forma indefinida la capacidad de los curas de absolver del “pecado del aborto”, perennizando una medida temporal que había instaurado para el Jubileo de la Misericordia clausurado el domingo.
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“Para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto”, escribió el papa en una carta apostólica, titulada “Misericordia et misera” (Misericordia y paz).
“Cuanto había concedido de modo limitado para el período jubilar, lo extiendo ahora en el tiempo”, agregó el pontífice.
El papa argentino, de 79 años, explica: “Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente. Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido”, explicó.
Francisco extiende así una disposición que había sido prevista únicamente para la duración del año jubilar. Hasta ahora, solamente los obispos y algunos sacerdotes especialmente autorizados tenían la posibilidad de absolver a una mujer que hubiera abortado o a una persona que la hubiera ayudado.
Esta posición del papa “tiene en la práctica un efecto menor en lugares como Estados Unidos, donde varios obispos ya han autorizado a los sacerdotes a perdonar el pecado” del aborto, escribe el experto vaticanista John Allen en el sitio católico Cruxnow.com.
“Pero simbólicamente es interpretado como un gesto de gran alcance para las mujeres”, asegura.
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El episcopado de Brasil, el país con más católicos del mundo, saludó por su parte la decisión del papa.
“El papa Francisco, con esta iniciativa, recuerda la gravedad del aborto y la fuerza extraordinaria de la misericordia divina capaz de curar todas las heridas humanas”, dijo el secretario general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), Leonardo Ulrich Steiner, en un comentario remitido a la AFP.
El papa cierra el año “con un gesto fuerte y significativo”, añadió Ulrich, advirtiendo sin embargo que “el aborto es un pecado grave porque pone fin a una vida humana inocente”.
– Mano tendida a integristas –
El pontífice también prolonga el cometido de los “misionarios de la misericordia”, un millar de confesores presentes en el mundo entero, que se encargaron durante el jubileo de recuperar a los fieles que la Iglesia había perdido por la dureza de algunos de sus mensajes de condena.
Según el Vaticano, el Jubileo de la Misericordia provocó un aumento del 30% de las confesiones en todo el mundo.
Preocupado por no excluir a nadie del perdón divino, el papa extiende, asimismo, la validez de las absoluciones concedidas por los sacerdotes integristas de la Hermandad Sacerdotal San Pío X, comunidad fundada por Marcel Lefebvre que rompió con la Iglesia en 1988.
Tras haber tenido en este año santo una serie de gestos en favor de los excluidos, el papa exhorta en su carta a acercarse a los más pobres.
“El mundo sigue produciendo nuevas formas de pobreza espiritual y material que atentan contra la dignidad de las personas”, escribe Francisco.
“No tener trabajo y no recibir un salario justo; no tener una casa o una tierra donde habitar; ser discriminados por la fe, la raza, la condición social…: éstas, y muchas otras, son situaciones que atentan contra la dignidad de la persona, frente a las cuales la acción misericordiosa de los cristianos responde ante todo con la vigilancia y la solidaridad”, señaló.
Como prueba de esta preocupación, Francisco instaura una “Jornada mundial de los pobres”, que se celebrará cada año un domingo de mediados de noviembre, en la estela del Jubileo, que permitió que acudieran miles de excluidos al Vaticano el 13 de noviembre.