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El emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, advirtió este domingo que el “tiempo se agota” en Alepo y expresó la “indignación internacional” por la campaña de bombardeos del régimen sirio contra las zonas de esta ciudad controladas por los rebeldes.
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De Mistura, que llegó este domingo a Damasco para pedir un cese de los ataques contra civiles, se entrevistó con el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Muallem.
“El tiempo se agota y estamos en una carrera contrarreloj”, advirtió De Mistura ante la prensa, tras reunirse con Muallem.
“Antes de Navidad, con el aumento de las operaciones militares, veremos un hundimiento (…) de lo que queda del este de Alepo y podrían haber 200.000 personas huyendo hacia Turquía, lo que sería una catástrofe humanitaria”, añadió.
El enviado de la ONU expresó la “indignación internacional” por los bombardeos del régimen de Bachar al Asad contra el este de Alepo, en manos de los rebeldes.
De Mistura confirmó también que el régimen sirio rechazó una propuesta para que los rebeldes administren de forma autónoma el sector este de Alepo.
En conferencia de prensa, Muallem rechazó la idea del emisario de la ONU de mantener una “administración autónoma” de los rebeldes en Alepo.
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“Le dijimos que rechazamos completamente (esta idea)”, prosiguió Muallem y se preguntó “cómo es posible que la ONU venga a recompensar a terroristas”, término usado por Damasco para designar a rebeldes y yihadistas.
En una entrevista a principios de semana al diario británico The Guardian, Mistura sugirió que el gobierno sirio reconociera la administración establecida de hecho por los rebeldes en los barrios del este de Alepo, fuera del control del régimen desde 2012.
En contrapartida, los centenares de yihadistas del grupo Fateh al Sham (exrama siria de Al Qaida) debían dejar este sector donde viven más de 250.000 civiles, sitiados desde hace cuatro meses, y sometidos a intensos bombardeos.
“Le hemos dicho que estamos de acuerdo sobre la necesidad de que los terroristas salgan del este de Alepo (…) pero que no es posible que 275.000 de nuestros ciudadanos (…) sigan siendo rehenes de 5.000, 6.000, 7.000 hombres armados”, explicó Muallem.
“Ningún gobierno en el mundo aceptaría esto”, sentenció. “Las instituciones del Estado deben retornar a Alepo-Este”, añadió.
– Violentos combates –
Los ataques contra esta ciudad, reanudados el martes, mataron desde entonces a 107 personas, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), y obligaron a las escuelas y hospitales a cerrar sus puertas.
Además, diez personas, entre ellas ocho niños, murieron este domingo por disparos rebeldes contra una escuela primaria en los barrios gubernamentales en el oeste de Alepo, informó la televisión estatal.
Un corresponsal de AFP constató el domingo por la mañana que las calles del este de Alepo estaban desiertas, solamente transitadas por ambulancias y socorristas, en medio de las ruinas en las que la guerra ha convertido a esta ciudad.
Las escasas estructuras capaces de proporcionar cuidados médicos han sido alcanzadas en los últimos bombardeos. Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció el sábado un “día negro para Alepo-Este”.
Los equipos médicos se vieron obligados a evacuar el último hospital pediátrico, llevándose urgentemente a los recién nacidos a lugares más seguros.
Entre los civiles muertos en la noche del sábado al domingo figuran una pareja y sus cuatro hijos, muertos por el estallido de un barril de explosivos, según el OSDH.
La violencia de los bombardeos obligó a los colegios de la parte oriental de Alepo a suspender el sábado y el domingo sus clases para preservar “la seguridad de alumnos y profesores, tras los bárbaros bombardeos”, según esos centros.
– Tomar Alepo antes de Trump –
El ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, condenó este domingo la “estrategia de guerra total” de Rusia y del régimen sirio, y exhortó a una acción internacional para “detener la matanza”.
En Bruselas, el Comisario Europeo para la Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, denunció las “violaciones inaceptables del derecho humanitario internacional, que pueden representar crímenes de guerra”.
Rusia, que interviene en Siria desde hace un año para apoyar al régimen, no participa en los bombardeos actuales contra el este de Alepo y concentra sus ataques aéreos desde el martes en la vecina provincia de Idlib (noroeste), controlada por una alianza de rebeldes y yihadistas.
Pero tanto Moscú como Damasco esperan retomar íntegramente la ciudad de Alepo antes de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, el próximo 20 de enero.