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Miles de personas, entre ellas mujeres y niños, se manifestaron el sábado en Estambul contra el controvertido proyecto turco que permite anular una condena por agresión sexual si el acusado se casa con la víctima.
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“No nos callaremos. No obedeceremos. ¡Retiren el proyecto de ley inmediatamente!” gritaron unas 3.000 personas entre aplausos y silbatinas cuando marchaban hacia la plaza Kadikoy, en el lado asiático de la ciudad.
Otros llevaban banderines donde se leía consignas como “la violación no puede legitimarse” y “AKP, fuera las manos de los niños”, en referencia al partido gubernamental del presidente Recep Tayyip Erdogan, que presentó el proyecto.
La oposición, gente famosa, e incluso una asociación cuya vicepresidenta es la hija de Erdogan, expresaron su indignación por el proyecto de ley.
Pero el gobierno insiste en que la legislación busca por el contrario enfrentar la costumbre generalizada de los matrimonios infantiles, por lo que las críticas de los opositores son una distorsión de la verdadera intención del texto.
El jueves, el Parlamento turco aprobó en un primer debate el texto, que será objeto de una segunda votación en los próximos días.
La ley permitiría suspender la condena de una persona culpable de agredir sexualmente a un menor antes del 11 de noviembre de 2016, si el acto se llevó a cabo sin “violencia, amenaza o cualquier otra forma de coacción” y si el agresor se casa con la víctima.
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La edad mínima legal para casarse en Turquía es de 17 años, con el consentimiento de los padres, pero muchos no respetan la ley y los matrimonios precoces siguen siendo frecuentes, sobre todo en el este del país.
El ministro de Justicia, Bekir Bozdag, acusó a la oposición de “deformar el asunto a propósito”, y afirmó que el texto buscaba ayudar a las parejas que infringieron la ley porque no alcanzaban la edad para tener sexo y que querían casarse.
“Los matrimonios precoces son, por desgracia, una realidad (…) Cuando un niño nace de estas uniones no oficiales, el médico avisa al fiscal, y el marido es encarcelado, dejando a la mujer y al niño” en una complicada situación financiera, argumentó.
Esos hombres no son “violadores, ni agresores sexuales”, añadió el ministro, que aseguró que unas 3.000 familias podrían verse afectadas por la medida.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, precisó que esta amnistía se aplicaría una sola vez y de forma retroactiva.
Ante la controversia suscitada en el país, Yildirim pidió al gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) que la debata con la oposición en el Parlamento.
En julio, el Tribunal Constitucional turco provocó otra polémica al pronunciarse a favor de la retirada de una disposición del código penal que califica todo acto sexual con un menor de 15 años de “abuso sexual”.
– Unicef preocupada –
Unicef expresó este sábado su “profunda preocupación” por este proyecto legislativo.
“Esas formas abyectas de violencia contra niños son crímenes que deberían ser castigados como tales y, en cualquier caso, el interés superior del niño debería prevalecer”, declaró a la AFP Christophe Boulierac, portavoz de Unicef, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
“Unicef está profundamente preocupada por el proyecto de ley (…) que introduce una especie de amnistía para los culpables de abusos a niños”, dijo Boulierac.
“Pedimos a los miembros de la Asamblea que hagan todo lo posible por que los niños de Turquía estén mejor protegidos contra esos crímenes odiosos”, añadió.
– Las mujeres tomaremos las calles –
“No permitiremos al AKP amnistiar y dejar libres a los violadores en este país”, dijo a la AFP Ruya, una de las manifestantes.
“Las mujeres van a resistir y tomarán las calles hasta que la ley y otras similares sean retiradas”.
Otro manifestante, un hombre llamado Ugur, estaba en la manifestación con su hija de 14 años.
“Estoy preocupado por el futuro de mi hija” dijo Ugur a la AFP. “AKP está pasando todas las leyes que quieren en el Parlamento”, agregó.
El AKP tiene una mayoría confortable en el Parlamento, con 317 de los 550 escaños.
“Es lo máximo que podemos hacer. Protestar”, concluyó Ugur.