El dálai lama se reunió este sábado con monjes y fieles budistas durante una visita de cuatro días a Mongolia, pese a la indignación de China que había pedido que se le impidiera entrar en el país.
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Cientos de personas se congregaron en esta fría jornada ante el templo Gandantegchilen de Ulán Bator, para ver al líder espiritual tibetano.
Un monje llamado Dolgoriin Lkhagva explicó a AFP que recorrió 600 kilómetros por carreteras heladas para escuchar al dalái lama y poder llevar luego su mensaje a los fieles.
Una rusa de 73 años, Daritseren Luvsanova, contó que cruzó la frontera y condujo durante 12 horas para participar en este acto.
Mongolia, donde viven muchos budistas tibetanos, es un país muy dependiente de China, en particular para el comercio.
El ministro mongol de Relaciones Exteriores, Tsendiin Munkh-Orgil, trató de aplacar la indignación de Pekín afirmando que las autoridades mongolas no tenían nada que ver con esta visita puramente religiosa.
China “se opone firmemente a las actividades separatistas que el dalái lama lleva a cabo contra China en numerosos países”, declaró el viernes el portavoz de la diplomacia china, Geng Shuang.
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En la misma rueda de prensa, urgió a Mongolia a “no autorizar la visita del dalái lama y no facilitar las actividades separatistas de la ‘pandilla’ del dalái lama”.
A su llegada el viernes a la capital, el dalái lama subrayó la “relación única y antigua” que existe entre el Tíbet y Mongolia.