El exdictador Ferdinando Marcos, fallecido en 1989, recibió honores militares al sepultarse sus restos este viernes en una precipitada y controvertida ceremonia, tres décadas después de su caída como consecuencia de una rebelión popular.
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El acto, que se inició con 21 salvas de cañón en presencia de soldados de uniforme ceremonial, se realizó en el Cementerio de los Héroes de Manila, tras la discreta transferencia de sus restos por vía aérea para evitar manifestaciones de protesta.
La semana pasada, el Tribunal Supremo había dictaminado que Marcos, que estuvo dos décadas en el poder antes de ser depuesto en 1986 por una rebelión popular respaldada por las Fuerzas Armadas, podía recibir sepultura en el Cementerio de los Héroes.
El fallo, que confirmó una recomendación del controvertido presidente Rodrigo Duterte, escandalizó a muchos opositores al régimen de Marcos, preocupados por no dejar caer en el olvido sus numerosos crímenes.
La ágil movilización de parte de familiares de Marcos y del gobierno para inhumarlo inmediatamente tras la decisión del Tribunal Supremo, sin esperar el resultado de apelaciones pendientes, escandalizó aún más a los grupos opositores.