El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo este martes estar “seguro” de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, respetará los compromisos con la Alianza, después que durante la campaña electoral cuestionara el apoyo militar estadounidense a sus aliados.
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“Trump declaró durante la campaña que es un gran fan de la OTAN y estoy seguro de que será un presidente de Estados Unidos que cumplirá con todos los compromisos”, aseguró Stoltenberg, para quien “una OTAN fuerte es importante para Europa, pero también para Estados Unidos”.
El líder de la Alianza Atlántica realizó estas declaraciones antes de participar en una reunión de ministros europeos de Defensa en Bruselas, consagrada a la cooperación con la OTAN, que ganó en importancia tras la victoria del magnate estadounidense.
Trump urgió durante la campaña a sus socios europeos a aumentar su gasto militar nacional hasta el 2% del PIB, si quieren que Washington mantenga su apoyo militar.
Reino Unido, Estonia, Grecia y Polonia son los únicos de los 22 miembros de la UE en la OTAN que cumplen con este objetivo, junto a Estados Unidos.
Aunque Stoltenberg se mostró de acuerdo con el futuro presidente estadounidense en que los socios de la OTAN deben aumentar su gasto militar, subrayó que “los europeos están invirtiendo actualmente más en defensa”.
La aparente buena sintonía entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin, quienes en una conversación telefónica el lunes se mostraron partidarios de una “normalización” de sus relaciones, también inquieta a un bloque europeo en crisis tras la decisión de los británicos de marcharse de la UE.
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Stoltenberg consideró “muy normal” que los líderes mundiales mantengan contactos.
“Rusia es nuestro mayor vecino, Rusia está aquí para quedarse y, especialmente cuando las tensiones se recrudecen y cuando hacemos frente a diferentes retos, es importante poder dialogar con Rusia”, subrayó.
La inquietud en la UE es más palpable en los países del este europeo, antiguamente en la órbita de la Unión Soviética, por la actitud agresiva de Moscú desde el conflicto en Ucrania en 2014. En marzo de ese año, Rusia se anexionó la entonces península ucraniana de Crimea.