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Un nuevo presidente prorruso sacude el panorama político en Bulgaria

Bulgaria entra este lunes en un nuevo panorama político tras la dimisión de su primer ministro, el proeuropeo Boiko Borisov, y la elección de un presidente sin experiencia y considerado afín a Rusia.

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Rumen Radev, candidato apoyado por los socialistas y favorable a Rusia, ganó las elecciones presidenciales del domingo con un 59,35% de los votos, según los resultados oficiales comunicados este lunes por la comisión electoral.

La candidata del primer ministro, Borisov, y de Gerb, su partido conservador, Tsetska Tsatcheva, obtuvo solamente el 36,17% de los votos.

Tras la derrota de su candidata, el conservador, admirador declarado de la canciller Angela Merkel, ha anunciado oficialmente este lunes al Parlamento su dimisión como primer ministro, dos años antes del fin de su mandato.

El nuevo jefe de Estado, Rumen Radev, expiloto y jefe del ejército del aire, asumirá sus funciones de presidente el 22 de enero.

El domingo, Radev se declaró favorable a “un buen diálogo con los presidentes de Estados Unidos y Rusia”. También se comprometió a “trabajar para que se levanten las sanciones” europeas contra Rusia.

El Kremlin, por su lado, ha respondido que desea una mayor “cooperación” con Bulgaria, país “muy importante” debido a sus vínculos históricos y culturales con Rusia.

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La nueva situación política en Bulgaria refleja un “contexto internacional que alienta la voluntad de cambio”, según Parvan Simeonov, director del instituto Gallup, que cita “el derrumbe de las autoridades tradicionales en Europa occidental”, y la elección de Donald Trump, en Estados Unidos, que pretende un acercamiento de Washington con Moscú.

A ello se añade una Unión Europea con muchas dudas sobre su futuro, enfrentada a una emergencia de corrientes populistas y dañada por el terremoto que supuso el Brexit.

En el sistema parlamentario búlgaro es el Gobierno el que define la política general, tanto en el plano interno como internacional, mientras que el presidente es jefe de los ejércitos y representa al país en el extranjero.

Este reparto de competencias hace dudar al politólogo Antoniy Todorov de que se produzca una cambio brusco hacia posiciones prorrusas por parte de Bulgaria, miembro de la Unión Europea (UE) y de la OTAN.

“No habrá cambio en materia de política extranjera”, ya que “el presidente no tiene tales poderes”, explica.

– ¿Escenario prorruso? –

Para Evgueni Daynov, analista y director del Centro de Prácticas Sociales, “las declaraciones del general Radev han sido sacadas de contexto”, y el nuevo presidente tiene una posición “europea y proatlántica”, afirma.

“La pertenencia de Bulgaria a la UE y a la OTAN no tiene alternativa, lo que no significa que debamos declararnos enemigos de Rusia”, afirmó durante su campaña el ahora presidente.

En Moldavia, antigua república soviética, el candidato prorruso, Igor Dodon, también ganó el domingo las elecciones presidenciales del país.

La elección de Radev es la “realización de un escenario prorruso” y una buena noticia para Moscú, que busca aliados en el seno de la UE y de la OTAN, opina por su lado Antoniy Galabov, politólogo de la Nueva Universidad búlgara.

Un elector, Asen Dragov, de 39 años, pequeño empresario de Sofía, aseguraba el domingo buscar “un nuevo rostro [en la presidencia] que defienda los intereses nacionales en lugar de decir siempre ‘yes’ a Europa y a Estados Unidos”.

Ahora, tras una ronda de consultas, el presidente búlgaro saliente, Rossen Plevneliev, nombrará un Gobierno interino, pero le corresponderá al nuevo presidente disolver el Parlamento y fijar la fecha de elecciones anticipadas, que caerían en marzo de 2017 como pronto.

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