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Un kamikaze adolescente mató a 52 personas el sábado en un ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) contra un santuario sufí del sur de Pakistán, donde la organización yihadista parece ganar adeptos.
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El joven, de entre 16 y 18 años, según la policía, detonó su bomba durante una celebración religiosa en la provincia de Baluchistán, en el suroeste del país, indicó este domingo un responsable local.
La explosión se produjo en el santuario de Shah Noorani, un santo del sufismo, rama mística del islam que algunos grupos islamistas consideran herética.
Había 600 personas en el interior del lugar de peregrinaje, situado en una región montañosa del distrito de Khuzdar, a unos 760 kilómetros al sur de Quetta, la capital provincial.
“El balance de víctimas es de 52 muertos y 105 heridos”, dijo un portavoz del Gobierno de Baluchistán, Anwar Kakar.
– Derviches giradores –
Un superviviente de la explosión, Mohamad Shehzad, de 25 años, se encontraba en el santuario con un grupo de 120 peregrinos cuando explotó la bomba.
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“La deflagración fue tan fuerte que proyectó a la gente en el aire”, contó.
“Todo el mundo corría, gritaba y buscaba a su familia. Los niños buscaban a sus padres. Otros a sus hermanos y hermanas, pero no había nadie para oír sus gritos”, relató.
Otros testigos lamentaron que los servicios de emergencia tardaran horas en llegar al lugar de los hechos, situado en lo alto de una colina, a varios kilómetros de los pueblos más cercanos y con mala cobertura de telefonía móvil.
Hafeez Ali, un mecánico de 28 años, abandonó el recinto religioso justo antes del atentado. “Salimos del santuario apenas cinco minutos antes del ataque para ir a preparar la cena. Desde donde estábamos, en lo alto de una colina, podíamos ver a tres derviches giradores bailar al ritmo de un tambor y cientos de personas formando un círculo a su alrededor. Y de repente se produjo la explosión”, recordó.
“Nos dimos cuenta de que era una bomba. Dos de nosotros se precipitaron [hacia el lugar] y vieron los cuerpos esparcidos por todas partes, sobre todo niños. Vimos al que tocaba el tambor, muerto, y su instrumento reventado a su lado”, añadió.
– Apoyos locales –
El EI reivindicó rápidamente esta “operación mártir”, en un comunicado difundido por Aamaq, su agencia de propaganda, y difundió una foto del supuesto autor del ataque, un joven de bigote fino que viste un atuendo tradicional de color blanco.
El EI también reivindicó un ataque contra una escuela de policía en Quetta, en el que murieron 61 personas en la noche del 24 de octubre.
Un grupo extremista y antichiita paquistaní, la rama Al Alami del Lashkar e Jhangvi (LeJ), afirmó entonces haberse asociado al EI para perpetrar el atentado de “forma conjunta”.
Hasta la fecha, el EI, que afronta una fuerte competencia de otros grupos islamistas en Pakistán, parecía tener dificultades para implantarse en el país, según varios expertos.
Esta situación podría estar cambiando, sugiere el analista paquistaní Amir Rana. “Parece que el EI encontró a un aliado en Pakistán, probablemente la facción Al Alami” del LeJ, aseguró.